Tras el teatrillo farsante urdido por el Sr Sánchez y tras cinco días de parón con consecuencias económicas, todo apunta a una trama desestabilizadora del Régimen del 78.

El ilegítimo presidente de un Gobierno que nos recuerda a un espantapájaros compuesto de retales se atreve a amenazar a periodistas, jueces y a todo aquello que responda a parámetros de análisis objetivo de la realidad.

Es inaceptable que un presidente de gobierno hable de “limpiar”, de “regeneración democrática” y de “punto y aparte”, evocando subliminalmente experiencias, que su mentor el Sr. Zapatero tan bien conoce, del mundillo de ese tinglado mafioso totalitario llamado Grupo Puebla; es decir, la traslación del totalitarismo de izquierdas al espacio hispano, incluyendo a España.

Ese “punto y aparte”, nos trae la idea de nuevo régimen. Lo que en su día el señor Sánchez señaló como Nueva Normalidad, aprovechando un experimento de control social que fue un éxito, y que consistió en eliminar las libertades públicas y hasta cerrar la actividad parlamentaria; en aplicar un Estado de Alarma que fue en realidad un Estado de Excepción ilegal y aprovecharlo para, por el camino, hacer supuestos negocios y presuntas tramas que actualmente están siendo investigadas y que están en secreto del sumario. Sánchez intenta bloquear la investigación judicial y al paso dar la puntilla al Régimen del 78; y así abrir una nueva etapa. Pero para, que es lo más grave, trastocar todos los pilares del sistema democrático, si es que lo es el del Régimen del 78.