Santa Teresa de Jesús (I)
Comedia de Lope de Vega Carpio
Santa Teresa de Jesús (I)
Comedia de Lope de Vega Carpio
La obra Santa Teresa de Jesús de Lope de Vega es un ejemplo culminante de la Comedia de Santo del Siglo de Oro, un género teatral que buscaba glorificar a las figuras de la Contrarreforma. El drama se articula en tres jornadas que trazan el viaje de Teresa de Ahumada, desde su vida mundana y las tensiones del honor social hasta su éxtasis místico, su rol como fundadora y su apoteosis final. Lope utiliza la estructura clásica de la comedia, solo para subvertirla y elevar el conflicto a la esfera teológica, reflejando así la dualidad espiritual y carnal que caracterizó el Barroco español.
Jornada primera. El Destino Monástico de Santa Teresa.
Esta jornada establece el marco de la vida mundana de Teresa de Ahumada en Ávila, destacando su belleza y el dilema de honor y matrimonio que la rodea antes de su vocación religiosa. La acción se inicia con la conversación entre los nobles Don Diego y Don Ramiro, quienes se preparan para las fiestas de la corte en Ávila, enfocándose en exhibir costosas galas y finos caballos. Don Ramiro, sumido en la melancolía amorosa, le confiesa a su criado, Floro, que desea que su caballo, adornado con un jaez amarillo, refleje su estado interior: "El alma desesperada, quiero que diga el tordillo mi pretensión malograda".
Poco después, aparece Doña Teresa de Ahumada junto a Lebrija. Don Ramiro queda inmediatamente cautivado, admitiendo que su alma descuidada "cegó, mirando su fuego, con la primer llamarada". Aprovechando la ocasión, ambos galanes intentan entregarle sendos papeles amorosos bajo pretextos falsos, alegando que provienen de sus respectivas hermanas o primas, Doña María y Doña Juana. Esta maniobra desencadena una violenta confrontación cuando Don Ramiro y Don Diego descubren las acciones del otro, llevando la disputa a un punto de celos ciegos y amenazas con la espada, pues "Donde hay celos, no hay razón".
Teresa, molesta por la falta de respeto de los caballeros, interviene, preguntándoles si han perdido el juicio: "¿Qué, ¿el respeto, me perdéis y descompuestos me habláis?". La riña es interrumpida por Don Alonso de Cepeda, padre de Teresa, quien teme por su honor. Lebrija le explica la causa de la enemistad: los dos papeles que Teresa ha guardado en la manga. Don Alonso obliga a su hija a mostrarlos, descubriendo con asombro no dos, sino tres escritos, confirmando su temor a ser afrentado: "¡Ay, pobre sangre de Abel, dos Caínes te han seguido!".
Uno de los papeles resulta ser una petición formal de matrimonio de Don Ramiro.
Otro es una carta de corte de Don Diego a su prima. El tercer billete, de puño y letra de una prima monja (Doña María de la Encarnación), aclara el origen del malentendido y la mezcla de los papeles. Aunque la verdad alivia a Don Alonso de la mancha inmediata en su honor, aprovecha la ocasión para moralizar sobre la fragilidad de la reputación de un padre con hijas casaderas: "Quien tiene hijas que casar, de vidrio tiene el honor". En un esfuerzo por controlar la situación, Don Alonso decide que Teresa se casará con Don Ramiro al día siguiente .
La escena cambia de tono con la preparación de la cena y el sarao, donde Doña Juana, la hermana menor, se encarga de los preparativos. Aquí se desarrolla una larga escena de comedia entre Lebrija y la criada Petrona, llena de insultos, especialmente sobre la edad de Petrona, la cual ella no está dispuesta a tolerar: "Y por vieja no me coque, porque no lo he de sufrir" .
Pese a la decisión de su padre, Teresa declara que no será casada ("No tengo de ser casada" ) y expresa su deseo de ser monja . Don Alonso, incrédulo, se burla de ella, pintándola como una futura santa que fundará conventos, sanará tullidos y hasta "resucitar los muertos" , pero Teresa se mantiene firme . Momentos después, Don Ramiro y Don Diego, ambos llamándola "esposa" y reclamando la posesión, entran nuevamente en el aposento de Teresa . Don Alonso irrumpe otra vez, furioso porque los caballeros han profanado su casa . Al verla con dos pretendientes, exasperado, sentencia que, puesto que la hija es una y los yernos son dos, "ella elija, y trace Dios lo que importe a su fortuna" .
Durante el sarao, mientras Teresa baila con su hermano, Don Juan , ella lo engaña pidiéndole que la acompañe para un asunto importante. Don Juan regresa solo, revelando que Teresa lo llevó al convento de la Encarnación y se ha quedado allí . Don Alonso, Don Ramiro, y Don Diego la siguen . Teresa, esperando en la iglesia, pide consejo divino sobre a quién elegir como esposo: "Dios, ¿con cuál marido iré?" . Las respuestas crípticas de un sacristán, que intenta evitar que un hombre entre, son interpretadas por Teresa como confirmación celestial de su destino, pues el sacristán le dice que "Con Cristo se puede ir" .
Finalmente, ante la presencia de su padre, su hermano, y sus dos pretendientes, y forzada a elegir, Teresa de Ahumada realiza la declaración que define su vida: "nombro por esposo a Dios, que es el verdadero esposo" . Con esta resolución, Teresa elige quedarse en el convento , una decisión que su padre acepta, resignado, al entender que Dios tenía un "censo sobre ella" . La Jornada concluye con la conversión de Teresa y la cómica decisión de la criada Petrona de seguir a su ama como "monja motilona" .
Blas Molina