23 de abril de 2023
Profanadores de tumbas
23 de abril de 2023
Profanadores de tumbas
Tenía pensado dedicar el editorial de esta semana al asunto del cambio climático pero la actualidad manda. Tiempo habrá para hablar de un tema tan importante como todo lo que está relacionado con el clima, algo que tenemos y tendremos presente en sucesivos editoriales, conferencias y campañas.
Según publicaban los medios tras la filtración de un diario, mañana lunes se va a proceder a la exhumación de los restos del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, que como todo el mundo sabe, reposaba hasta ahora en el Valle de los Caídos.
Tres son los aspectos que trataré en torno a esta nueva villanía: En primer lugar, denunciar que esta exhumación, en realidad una nueva profanación, solo obedece a la inquina y mezquindad de un gobierno que siguiendo la funesta estela del expresidente socialista Rodríguez Zapatero, han tomado el camino de un revanchismo repugnante y cobarde, queriendo cambiar una historia que mal que les pese, no podrán cambiar jamás.
En este punto es también necesario incidir en un hecho concreto: la profanación de la tumba de José Antonio se produce, como sucedió con la del General Franco, en año electoral. Esto no obedece a casualidad alguna. Simplemente es la manera que tiene el gobierno de convencer a un altísimo porcentaje de tontacos y de indigentes mentales que les votan de que a pesar de los beneficios de la banca, a pesar de seguir siendo unos esbirros del globalismo y del atlantismo y a pesar de que todo es más caro y la calidad de vida de la clase media va disminuyendo a pasos agigantados, ellos siguen siendo un partido de "izquierda antifascista", o sea, el partido de los "suyos".
En segundo lugar, considerando el acto de la profanación en sí, es imperativo advertir al pueblo español de la gravedad de dichos atropellos. Ni sacar a José Antonio del Valle es un tema que competa solo a los falangistas como tampoco lo era sacar a Franco un asunto que implicase solo a los franquistas. A los muertos, sean quienes sean, se les debe dejar descansar en paz, y punto. Porque además en todo este proceso infame, se nos está mintiendo desde el principio. Recordemos que la excusa para sacar a Franco del Valle era que no había caído en la contienda civil. Con José Antonio, que si que es una víctima de dicha guerra, resulta que la excusa es que no puede estar en un lugar donde se le rinda culto. ¿En serio? ¿De verdad creemos que ahí acabará todo? Porque luego serán los Reyes Católicos, después será Felipe II y con el tiempo los Reyes de Aragón o de todo aquel que ellos consideren que debe ser despreciado hasta el punto de impedir que cada uno sea enterrado donde le plazca.
¿Alguien con dos dedos de frente se puede imaginar, por ejemplo, que a Napoleón lo sacasen de su tumba en el Palacio de los Inválidos de París, solo porque nos ofendiese a los zaragozanos recordando las víctimas de los Sitios de Zaragoza? Se nos reirían en la cara.
Lo tercero, es tratar de dar brevemente unas pinceladas sobre la figura de Primo de Rivera, personaje al que cualquiera de los mierdecillas que gobiernan no le llegan ni a la suela de los zapatos. En el colmo de la bajeza, desde cierta cuenta de algún partido izquierdista han hecho mofa de dicha profanación. Es una muestra de la clase de gentuza que son, pero en fin, en 1939 o 1940 no solían hacer tanta mofa o chiste. El tiempo, evidentemente, pone a todos en si sitio.
Si ya de por sí resulta absurdo querer enjuiciar el pasado con la perspectiva actual, fuera totalmente de contexto, más lo es aún tratar con ese odio e inquina la figura de José Antonio, personaje que trasciende cualquier época, dada su enorme talla.
"Hasta que cada hogar español no tenga pan y justicia, no cejaremos en nuestro empeño", "Nosotros amamos a España porque no nos gusta. Los que aman a su patria porque les gusta, la aman con una voluntad de contacto, la aman física, sensualmente. Nosotros la amamos con una voluntad de perfección" o "No hay patriotismo fecundo si no llega a través del camino de la crítica" . Podría pegarme horas enteras tecleando citas de José Antonio que hasta muchos de los que se dicen sus enemigos, aplaudirían. Porque casi a pesar del siglo que ha pasado desde su asesinato, Primo de Rivera y sobre todo, su doctrina, siguen siendo para miles de españoles unos grandes desconocidos.
Por todo ello, quienes ahora profanan su tumba demuestran además de cobardía, la misma baja catadura moral que tuvieron sus asesinos cuando lo fusilaron después de una farsa de proceso, que como todo lo que ocurría en aquel desastre de Segunda República, se hizo de manera arbitraria y contra toda legalidad.
Jorge García-Contell en su libro "Cartas boca arriba" refleja la gran ilegitimidad de toda aquella época, cuando a modo de epílogo, nos dice: "Desde los primeros momentos de la llegada al poder del Frente Popular, el aparato del Estado se vio irrevocablemente abocado hacia el atropello impune del Derecho en su conjunto y más concretamente de los derechos de los ciudadanos" Así fueron las cosas en aquella Segunda República y no esa vergonzosa versión edulcorada y falseada donde se la magnífica mintiendo sin pudor en los libros escolares.
"Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles" dijo al final de sus días. Grande sería de nuevo España sí en vez de revanchismos e inquinas que no conducen a nada, se le hiciese caso en esta nación tan empeñada en sembrar discordia y en dividirnos siempre en dos bandos. Pero por lo pronto, descansen donde descansen los restos de José Antonio, siempre habrá quien trabaje en la búsqueda de esa patria, el pan y la justicia que él tanto ansiaba.
José Luis Morales