21 de julio de 2024
¡Gibraltar español!
21 de julio de 2024
¡Gibraltar español!
Uno de los aspectos más positivos de la victoria conseguida por la selección española, al margen de la deportiva en sí, que ha colocado a España como la nación con más títulos europeos conquistados, fue la de ver a miles y miles de jóvenes españoles celebrando la victoria con la camiseta de la selección y muchísimas banderas nacionales a lo largo y ancho del territorio, rebosantes de alegría y lo que es mejor, sin mostrar complejo alguno.
El gobierno español, como así hiciese con el mundial de fútbol femenino, trato de politizar al máximo la victoria presentándolo como la victoria de una selección multicultural donde a tenor de numerosos medios, parecía que no hubiese más jugadores que Lamine Yamal y Nico Williams, descendientes de la inmigración extraeuropea, pero ni mucho menos los primeros jugadores de otra raza en formar parte del combinado español, como en su día fueron el púgil Pepe Legrá, el futbolista Donato o el baloncestista Chicho Sibilio, todos ellos muy queridos por la afición.
Evidentemente, esta vez el tiro les salió por la culata. La sorpresa vendría con la celebración oficial de dicho título cuando en medio de la euforia por el gran éxito conseguido, algunos jugadores de la selección reivindicaban en voz alta, la españolidad de Gibraltar, sin cortarse ni un pelo.
Como en esta historia no podía faltar la parte esperpéntica, el organismo que dirige el fútbol europeo, la UEFA, advertía anteayer mismo de una posible sanción a dos futbolistas españoles, Morata y Rodri, por corear que Gibraltar es español, denunciados por las soliviantadas autoridades gibraltareñas.
Veremos a ver qué pasa y cuál es la postura de las autoridades españolas si se produce tal sanción, que sería un auténtico atropello a la libertad de expresión. Hartos estamos de sufrir las amenazas de toda esta pléyade de inútiles que dirigen dicho organismo, obsesionados de manera enfermiza con la imposición de la censura y la promoción de todo el mundo woke (banderas arcoiris, apoyo al Black Lives Matter, etc) al margen de toda la retahíla de corruptelas que atesoran, porque, todo hay que decirlo, si hay un nombre que dicho organismo futbolero tendría que llevar en honor a la justicia, no sería el de UEFA, sino el de GOLFA.
Lo relevante del tema, como decimos, es que el asunto gibraltareño ha saltado a la actualidad no por la acción de nuestros políticos, sino por la espontaneidad de unos chavales que juegan profesionalmente al fútbol. Por supuesto, la prensa oficialista ha puesto el grito en el cielo, avergonzándose del comportamiento de nuestros futbolistas a los que nada debemos reprochar, máxime si tenemos en cuenta el contexto. Y no solo la UEFA ha recogido la "indignación" de las autoridades gibraltareñas, sino que la reivindicación de la españolidad de Gibraltar, ha dado la vuelta en numerosas portadas de medios. De hecho, a modo anecdótico , aficionados del club de fútbol Shelbourne irlandés, corearon igualmente lo de "Gibraltar es español" en un reciente partido oficial en el campo gibraltareño.
Por dicha razón, es absolutamente positivo que el tema de Gibraltar salte de nuevo a la palestra. Debemos recordar que el mismo régimen imperante, el del 78, se ha desentendido lamentablemente del tema, básicamente a través de dos aspectos: el primero, muy grave, al no ser recogido en una Constitución que volvemos a insistir, fue una chapuza hecha con todas las prisas del mundo y el segundo, no por ello menos importante, por el papel desempeñado por los sucesivos gobiernos españoles que han pasado del tema: uno de ellos, el PSOE, que siempre ha gobernado de espaldas al interés de la nación; y el otro, el PP, como absoluto admirador del atlantismo y del mundo anglosajón que jamás se ha atrevido a importunar a los británicos poniendo sobre el tapete la descolonización definitiva del Peñón.
Por lo demás, pongamos los puntos sobre las íes y recordemos algunas fechas clave. Gibraltar es, a día de hoy, una "tiranía de la usura especulativa y de los fondos buitre" en palabras del abogado, historiador y escritor Guillermo Rocafort. Gibraltar, durante la Guerra de Sucesión, es ocupado de manera traicionera por una flota angloholandesa en 1704, bajo pabellón austricista, que posteriormente, en un claro ejemplo de traición, es arrojado y sustituido por la bandera británica y ratificado posteriormente en 1713 en el Tratado de Utrecht.
Hay varios intentos posteriores por recuperarla que fracasarán. Por no extendernos demasiado, es ya en el siglo XX, cuando la ONU a través de la resolución 2231 de 1966 y la resolución 2353, de 1967, la describe como una "colonia" que debe ser devuelta, resoluciones que como todas aquellas que van contra el interés anglonorteamericano, se convierten siempre en papel mojado.
En los años 80, el gobierno de Felipe González comete el error de abrir de nuevo la verja sin pedir contraprestación alguna y así irán discurriendo los años, en los que el gobierno británico ha hecho lo que ha querido en lo que respecta a las aguas territoriales y la conversión de Gibraltar en un caladero de submarinos nucleares británicos con el consiguiente riesgo para nuestro país, sin que las autoridades españolas hayan manifestado protesta enérgica alguna, como sucede igualmente ante las continuas provocaciones marroquís.
En fin, es precisamente tarea de todas aquellas asociaciones culturales como la nuestra, la de enseñar a nuestra juventud cual es nuestra historia y que el Peñón de Gibraltar, diga lo que diga la UEFA, rabie lo que rabie Picardo y haga lo que la haga nuestra clase gobernante, es territorio español y como tal, debe sernos devuelto.
¡Gibraltar español!
José Luis Morales