1 Enero
Feliz Año Nuevo... español
1 Enero
Feliz Año Nuevo... español
El año Nuevo empieza el 1 de enero… gracias a España
El año civil romano comenzaba en marzo (Martius), en honor al dios romano Marte, y tenía 10 meses. Los cuatro primeros meses recibían nombres de dioses como Juno (junio); los seis últimos se numeraban consecutivamente en latín, dando lugar a nombres de meses como septiembre (el séptimo mes, llamado así por la palabra latina para siete, septem). Después se añadieron enero (por el dios Jano) y febrero (por Febo) para completar los doce meses que tenemos ahora.
Entonces, ¿por qué ahora Año Nuevo se celebra en enero?
El historiador romano Tito Livio, en su historia de Roma desde los orígenes, dice: "En el año 598 de la fundación de la Ciudad (Roma), los cónsules entraron en la magistratura en las calendas de enero. La causa de este cambio fue una rebelión en Hispania".
Roma tenía la costumbre de elegir a sus cónsules, que eran quienes se encargaban de preparar las campañas militares en los diferentes territorios, al comienzo del nuevo año. Pero durante la segunda guerra contra los celtíberos de Hispania, el general Quinto Fulvio Nobilior pidió al Senado que adelantaran la fecha al invierno para poder organizar el envío de tropas y preparar la campaña militar que arrancaría a principios de primavera y cuyo principal objetivo era la toma de Segeda (en la comarca de Calatayud, Zaragoza). Porque, ¿recordáis a aquellos irreductibles galos? pues la Galia entera fue conquistada y pacificada en 8 años, pero para Hispania Roma tuvo que dedicar 200 años y la mitad de sus legiones… los romanos, hartos de estos realmente irreductibles hispanos, tuvieron que adelantar sus reclutamientos dos meses. Se quedaban sin fuerzas.
El Senado de Roma adelantó el comienzo del año político del idus de marzo a las calendas de enero (primera luna nueva del mes). Se estima que Roma trasladó a un total de 30 000 soldados para hacer frente a casi el mismo número de belos de Segeda.
Así nuestros ancestros forzaron a uno de los mayores imperios que ha conocido la historia a cambiar su propio calendario.
Pero el pueblo romano siguió celebrando sus fiestas de siempre, de manera que existía un año civil que empezaba en enero, y otro sagrado que empezaba en marzo.
Aproximadamente un siglo más tarde, en el año 45 a.C. Julio César instauró su calendario juliano, donde impone que sea enero el principio de año a todos los efectos. Pero esto sólo era válido para el imperio romano, y como vemos no fue muy popular.
El 4 de octubre de 1582, el papa Gregorio XIII ajustó el calendario para reflejar exactamente la cantidad de tiempo que tarda la Tierra en girar alrededor del sol. El nuevo calendario vino a solucionar el problema que planteaba el hecho de que el año juliano tenía 11 minutos y 14 segundos más que el año solar, lo que había provocado que la diferencia acumulada hiciera que el equinoccio de primavera se adelantara en diez días.
Aunque la iniciativa fuese aprobada por el pontífice, el origen de este calendario tiene su origen en España. Gregorio XIII recurrió a los maestros de la universidad española de Salamanca. El estudio fue llevado a cabo por una comisión de profesores de la institución, nombrada por el Papa y presidida por Pedro Chacón, uno de los matemáticos más importantes en España durante aquel siglo. Y lo hizo debido a que esta universidad era “uno de los principales centros de conocimiento del mundo”. En este sentido, cabe destacar que solamente tardaron tres años en elaborar la investigación, todo un hito para el momento. Publicada la investigación, el mismo Felipe II presiono al máximo pontífice para instaurar el nuevo calendario La implantación fue muy rápida: España Portugal e Italia lo implantaron inmediatamente, con lo que medio mundo lo adoptó.
La tradición de celebrar Año Nuevo el 1 de enero se estableció en 1582 para todos los países católicos por el papa Gregorio XIII.
Inglaterra y sus colonias, como Estados Unidos, todavía tardaron doscientos años en hacerlo (no es España la que lleva 50 años de retraso histórico sobre los demás países, como nos han hecho creer; más bien al revés). A finales del siglo XIX, Japón comenzó a utilizarlo, y a principios del siglo XX lo hicieron China y Turquía.
Pero no todo el mundo se adaptó al nuevo calendario gregoriano, por lo que la Navidad cae en enero para los miembros de las iglesias ortodoxas orientales, y aunque el mundo moderno se sincroniza principalmente con el calendario gregoriano, hay otros calendarios que han perdurado, como el Nowruz persa que se celebra en Irán coincidiendo con el equinoccio de primavera, el Rosh Hashanah judío o el Año Nuevo chino.
Una última curiosidad: Se escribe feliz Año Nuevo (con mayúsculas) cuando nos referimos a la festividad del día 1 de enero; y feliz año nuevo (con minúsculas) cuando nos referimos a todo el año. Recibe nuestros deseos de felicidad con y sin mayúsculas.
Lucio