23 de julio de 2023
Con las víctimas del globalismo
23 de julio de 2023
Con las víctimas del globalismo
Decía G.K. Chesterton que llegaría el día en que habría que desenvainar la espada por afirmar que el pasto es verde. Si echamos un vistazo a determinadas leyes como la ley Trans, no resulta muy aventurado denunciar que nuestra sociedad ha perdido la cabeza de tal forma que estamos prácticamente en puertas. Muchas de las cosas que estamos viendo o escuchando eran inimaginables hace tan solo un par de décadas y todo lo que conformaba este llamado mundo occidental se haya en caída libre pero herido de muerte.
El problema añadido es que quien gobierna, sumido en la inepcia más absoluta, cuenta no solo con la mayoría de medios, sino también con todo un ejército de sicofantes dispuesto a atizarte en cuanto asomas la cabeza. Es su única manera de imponer las cosas porque, desde luego, en igualdad de condiciones, no hay argumentos que sostengan sus leyes. Vuelvo de nuevo, como ejemplo, a la ley Trans, impulsada por las feministas actuales, que al paso que va, solo va a posibilitar que las mujeres dejen de ganar sus propias competiciones como las deportivas, en beneficio de determinados hombres, al margen de mandar a cientos de clientes a las salas de psiquiatría.
No son pocas las veces que nos preguntamos acerca de lo que podemos hacer para tratar de revertir esta situación, pero evidentemente las armas que maneja el globalismo son tantas y de tan variado calibre, que es muy difícil obtener respuestas que nos lleven a concretar una solución a corto o medio plazo.
En los convulsos años 30, una mente brillante, la de José Antonio Primo de Rivera, tenía muy claro que la solución a los problemas de España vendría de un movimiento en el que no se tratase simplemente de una manera de pensar, sino que se tenía que adoptar, ante la vida entera y en cada uno de sus actos, una actitud humana, profunda y completa. Este concepto es perfectamente aplicable a nuestro mundo de hoy.
Como además resulta que San Ignacio de Loyola nos insistía en que no solo había que resistir al enemigo sino también vencerlo, la tarea que tenemos delante es sumamente ciclópea, con lo que resulta cristalino lo que se nos demanda: fe, voluntad, esfuerzo, sacrificio, perseverancia...
No llevaba en un principio idea de convertir el editorial en un centón plagado de expresiones de otros, pero me temo que no va a quedar más remedio. He mencionado antes a San Ignacio de Loyola y Chesterton. ¿Se enseña, por cierto, quienes fueron, entre tantísimos otros, en catequesis y clases de religión en las aulas, o se han sustituido ya por las sandeces buenistas de Coelho y compañía en pos de una iglesia más globalista y políticamente correcta?
Seguimos con las citas: Tal y como narra Santiago Posteguillo en su libro "Roma soy yo", en la antigua Roma, la petitio era la forma en la que una persona libre solicitaba a un abogado que aceptara ser su defensor o fiscal en una causa. Cuando el joven e inexperto Cayo Julio César acepta una petitio para enfrentarse contra el todopoderoso senador Dolabella, Cicerón, abogado mucho más experimentado entonces que Julio César, le da un consejo como única manera de hacer frente a su poderoso oponente cuando le dice que no sea acusador, ya que a nadie le gustan los fiscales, sino defensor.
¿A cuento de qué os comento este pasaje? La intención está clara: en todas y cada una de nuestras acciones en cualquiera de los ámbitos en los que tengamos que batirnos, nunca, absolutamente nunca debemos perder la noción de que actuamos como defensores de todas aquellas víctimas que el globalismo se lleva por delante. Nuestro sitio, repito, siempre, debe estar junto a las víctimas.
En otro orden de cosas, cuando se publique el editorial, los primeros españoles estarán acudiendo a votar así que desconocemos por completo quien será el próximo presidente de España. Unos brevísimos apuntes sobre las elecciones:
1° Contrariamente a lo que muchos creen, los votantes no eligen al próximo presidente, sino diputados por provincia que serán los que luego elijan al presidente pero en atención a sus intereses como partido, no en atención a sus votantes.
2° La decisión sobre las cuestiones más importantes que nos afectan a los españoles, hace ya tiempo que queda al margen de la política nacional y se decide en otros ámbitos supranacionales.
3° Si interpretamos lo que sucede en el mundo actual fuera del mero electoralismo, es que tanto si gana Sánchez, del PSOE, como Feijoo, del PP, quien ostentará el verdadero poder será Larry Fink, de Blackrock. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
José Luis Morales