15 de junio de 2025
El Partido Criminal
15 de junio de 2025
El Partido Criminal
En semanas anteriores éramos conscientes de que, poco a poco, iban encajando las piezas de este monumental organigrama mafioso al amparo de un gobierno que, solo un ignorante o necio podía justificar, otorgando credibilidad a la postura de determinados cargos del PSOE cuando achacaban todo a una campaña de desprestigio diseminada por la "ultraderecha".
Las nuevas grabaciones hechas públicas sobre las investigaciones de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (la famosa UCO) que ha provocado la dimisión del hasta ahora Secretario de Organización, Santos Cerdán, ante el aluvión de pruebas en su contra, han puesto de manifiesto y de manera rotunda, la gravedad de unas acusaciones que ya no son rumores, sino toda una serie de delitos que deben ser procesados.
Es obvio que Pedro Sánchez no puede seguir en el cargo ni un día más, siendo el principal responsable, por activa o por pasiva, de todo este tinglado corrupto. Las pruebas en su contra, en contra de algunos de sus familiares y de algunos de sus más estrechos colaboradores, son demoledoras. Nada hace pensar, que si en el caso de Ábalos o Santos Cerdán, ha quedado probada la culpabilidad de ambos, en lo que respecta a los negocios de la mujer del presidente, la manera de colocar a dedo al hermano o las maniobras del Fiscal General del Estado o de Leire Díez para desacreditar a determinadas personas o desviar la atención, vaya a resultar diferente.
Pero no nos engañemos. Si creemos que la solución a los problemas actuales se halla en un cambio de inquilino en la Moncloa, sin más, nos equivocaremos gravemente. Desde el momento en que Sánchez abandone el gobierno, desde los órganos judiciales pertinentes, se debería abrir una causa, más que justificada, para la completa desarticulación e ilegalización de un partido, el PSOE, que cada vez que está en el gobierno, termina enfangado y envuelto en decenas de casos de corrupción y de asalto a las arcas públicas para financiar de manera ilegal a dicha formación y para el lucro personal de numerosas personas vinculadas al partido, de una manera de otra. Un procedimiento de ilegalización por corrupción que, por supuesto, también debería extenderse a otros partidos que han permitido la corrupción cuando han gobernado como es el caso del PP de Bárcenas o Jaume Matas o la formación separatista catalana heredera del famoso 3 por ciento.
De la misma manera, el procesamiento por corrupción debería actuar no solo contra el partido en el gobierno sino contra todos aquellos partidos que lo están manteniendo en el poder, contra viento y marea, a pesar de las pruebas y que se comportan como verdaderos cooperadores necesarios en todas estas tramas dedicadas al latrocinio y al saqueo.
Por si esto fuera poco, se da además la circunstancia de que la actual legislatura, además de ser incapaz de sacar adelante los presupuestos, se sustenta en los pactos secretos entre el gobierno y el partido de Puigdemont, un fugado de la justicia y cuyo objetivo mutuo, es lograr la impunidad de todos sus delitos.
Es necesario también hacer constar, que el descrédito de las instituciones, la corrupción instalada, la negligencia de muchísimos cargos, el cada vez peor funcionamiento de los servicios públicos, la creciente inseguridad y criminalidad, la violación permanente de nuestras fronteras, el despilfarro autonómico, el colapso del sistema y la inmensa mayoría de problemas que nos aquejan, no son solo debidos al PSOE en solitario, sino que constituyen la consecuencia de un sistema y de un régimen, el del 78, que cada vez se halla más a la deriva.
No tenemos más que hacer un simple ejercicio de memoria para recordar como, en el pasado mes de octubre, absolutamente todas las instituciones, locales, regionales y nacionales dejaron durante días abandonados a su suerte a miles de valencianos, tras los gravísimos daños ocasionados por la gota fría, sin que hasta ahora se hayan depurado responsabilidades.
Es hora de expresar y denunciar en voz alta que vivimos bajo un régimen que desde su génesis ha estado tutelado por intereses completamente ajenos a los de los españoles y cuyos gobiernos han sido y siguen estando manejados por determinadas corporaciones y lobbies, comportándose, no como un sistema donde el pueblo es soberano, sino como una plutocracia que cada vez nos está haciendo más pobres y que están haciendo añicos nuestra soberanía como nación, nuestra economía, nuestra clase media y nuestras libertades. Un régimen que se haya asentado sobre dos pilares, PP y PSOE que, legislatura tras legislatura, han terminado por dividir en dos bandos a los españoles, enzarzándonos en todo tipo de disputas, mientras ellos se llenan los bolsillos, por la vía legal o la ilegal, apoyados por una serie de partidos independentistas que paso a paso, están destrozando nuestra unidad, labrada a base de siglos.
Tampoco podemos olvidar el papel que en todo este monumental circo desempeñan los medios de comunicación oficiales, que siempre han moldeado la opinión pública a su antojo y que en los últimos tiempos, se han comportado como unos auténticos miserables, muchos de ellos viviendo a costa del erario público, tapando todos los casos de corrupción y criminalizando a todos aquellos, periodistas incluidos, que se han atrevido a protestar frente a tanta tropelía.
No es un problema de PP y PSOE, o de izquierdas y derechas, conceptos ya completamente trasnochados. Es una lucha entre quienes defendemos nuestras libertades, nuestra soberanía, nuestra historia, nuestra fé, nuestras familias y nuestra seguridad frente a un régimen corrupto, negligente e inoperante en manos de unas corporaciones que jamás van a mirar más que para sí mismos, permitiendo a una clase política corrupta y ladrona, devorar toda nuestra riqueza para su propio beneficio.
José Luis Morales