Artículos y comunicados
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En la Jornada Primera conocimos a Lisardo y el Alférez Aguirre, dos soldados recién llegados de Flandes que, tras perder su dinero en un juego, idean un plan para hospedarse en la casa de Doña Cecilia Maldonado, hermana de su capitán, con la intención de que Lisardo pueda cortejar a su sobrina, Doña Francisca.
Jornada Segunda: Enredos Nupciales y Estratagemas Amorosas en Casa de Doña Cecilia.
La Jornada Segunda nos traslada al interior de la casa de Doña Cecilia Maldonado, un espacio que rápidamente se convierte en el epicentro de intrigas y malentendidos amorosos. La escena comienza con Lisardo y el Alférez Aguirre ya instalados, aprovechando la hospitalidad de Doña Cecilia gracias a la carta de recomendación falsificada. Mientras el Alférez expresa su asombro y disfrute por el "regalo" y la "limpieza" de la casa, Lisardo, sin embargo, manifiesta un profundo pesar: "yo traigo el alma loca / de un pesar que la traspasa".
Comedia famosa de Agustín Moreto.
Seguimos el camino español por el teatro de nuestro Siglo de Oro deteniéndonos en Agustín Moreto y Cabaña.
Autor de obras como "El desdén, con el desdén", "El lindo don Diego" y "El valiente justiciero", vamos a disfrutar de "De fuera vendrá quien de casa nos echará", donde encontramos un planteamiento tan moderno como una obra de teatro dentro de la obra misma. Las Gradas de San Felipe son el "camerino" o "sala de maquillaje" donde los personajes se visten con sus roles (reales o inventados), practican sus líneas y ensayan sus entradas. Lisardo y el Alférez, como "directores" improvisados, planean cómo conseguir su "papel principal" en la casa de Doña Cecilia, utilizando un "guión falso" (la carta) para engañar al "productor" (Doña Cecilia) y acercarse a la "protagonista" (Francisca). Los comentarios de Chichón y Margarita son como los "susurros del apuntador" o las "revelaciones entre bambalinas", que muestran la verdadera trama y las motivaciones ocultas detrás de la puesta en escena inicial. ¡Que resuenen las voces de nuestra cultura!
En el panorama deslumbrante de nuestro Siglo de Oro, época de incomparable esplendor cultural donde convivieron genios como Cervantes, Lope de Vega y Calderón, la obra de Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza destaca por su aguda penetración psicológica y su vigencia intemporal. "La Verdad Sospechosa" (1630) representa la cumbre de la comedia de caracteres, género que alcanzó su máxima expresión durante el reinado de Felipe IV, cuando el teatro se convirtió en escuela de vida y espejo de las complejidades humanas.
Esta obra maestra, escrita en la plenitud creativa del Barroco, trasciende su época para ofrecernos una reflexión profunda sobre los mecanismos del engaño y sus consecuencias en las relaciones humanas.
Juan Ruiz de Alarcón, nacido en la Nueva España en 1581, encarna como pocos la riqueza multicultural del imperio español. Formado en las universidades de México y Salamanca, este jurista y dramaturgo desarrolló un estilo único que lo distingue de sus contemporáneos. Mientras Lope de Vega deslumbró por su fecundidad y dominio de la escena popular, y Calderón por su profundidad filosófica, Alarcón sobresalió en el análisis minucioso del carácter humano. Su teatro, de construcción impecable y diálogos cincelados con precisión de orfebre, anticipa en muchos aspectos la comedia de costumbres que luego desarrollaría Molière, quien no dudó en adaptar esta misma obra en "Le Menteur".
En el acto segundo vimos a Don García entusiasmarse con una carta que creía de Doña Lucrecia de Luna, una dama hermosa, discreta, virtuosa, principal y heredera de una gran renta. La trama se complicó cuando Don Juan de Sosa lo desafió a un duelo, y Don García mintió sobre la identidad de la dama en cuestión.
Su padre, Don Beltrán, sumamente preocupado por las "cinco o seis mentiras" diarias de su hijo, buscó casarlo con Doña Jacinta. Para evitar este matrimonio, Don García inventó una elaborada y dramática historia de un matrimonio secreto en Salamanca con Doña Sancha, que incluía un disparo y un enfrentamiento. Entretanto, Jacinta descubrió previas falsedades de Don García, como haberse fingido "perulero" o mentir sobre su tiempo en la Corte.
El acto terminaba con Jacinta, disfrazada de Lucrecia, confrontando a Don García en el balcón y exponiendo todas sus mentiras, incluyendo su falso matrimonio y la fiesta del río. Aunque Don García intentó justificarse, alegando que su matrimonio era una farsa para evitar otras uniones y que solo para "Lucrecia" era soltero, Jacinta lo rechazó contundentemente debido a su "falsedad tan notoria" y "mentir desvergonzado", tildando sus palabras de "fábulas de Ovidio". Tristán, al final, reflexionó que "quien en las burlas miente, pierde el crédito en las veras".
En el primer acto conocimos a Don García, quien al llegar a Madrid era recibido por su padre, Don Beltrán, y su nuevo sirviente, Tristán. La trama se complicaba enseguida cuando Don Beltrán interrogaba al Letrado sobre el carácter de su hijo, revelando que el mayor defecto de Don García es su tendencia a mentir. En paralelo, Don García, a pesar de haber llegado a la corte el día anterior, se embarcaba en un cortejo engañoso hacia Jacinta, presentándose como un "indiano" adinerado que ya había organizado una lujosa fiesta nocturna. En el primer acto se estableció la dualidad entre la verdad y la mentira como tema central, mostrando cómo las falsedades de Don García, aunque arriesgadas, le permitían avanzar en sus objetivos románticos y sociales, chocando con los celos de Don Juan y las ansias de su padre por casarlo.
Acto II. La telaraña de engaños y la verdad sospechosa.
Nos conduce el “camino español” por el Siglo de Oro hasta "La Verdad Sospechosa", una obra que se centra en las profundas consecuencias de la mentira habitual y cómo ésta vuelve sospechosa cualquier verdad que el mentiroso pueda expresar. Vamos a encontrarnos con Don García, un joven recién llegado a la Corte de Madrid que posee un ingenio extraordinario para la invención de falsedades, llegando a contar "cinco o seis mentiras" en una sola hora.
Esta arraigada costumbre de "mentir sin recato y modo" le acarrea constantes complicaciones, ya que sus engaños se descubren fácilmente y, como advierte Tristán, su criado, pierde "el crédito en las veras". El drama explora cómo la verdad misma pierde su valor en la boca de quien miente constantemente, llevando a situaciones de equívocos y desengaños que marcan el destino del protagonista.
Acto I. La revelación del vicio y el primer engaño amoroso.
La escena comienza con la llegada de Don García a Madrid, recibido por su padre, Don Beltrán, y su criado, Tristán, además de un Letrado que lo ha acompañado. Don García saluda a su padre, expresando el alivio de verlo tras un viaje caluroso, diciendo que solo la "esperanza de verte" mitigó el estío. Don Beltrán le encomienda a Tristán que sirva a Don García, señalando que Don García es "bisoño" (inexperto) en la Corte, mientras Tristán es "diestro". Tristán acepta la función de guía, no solo de criado, sino de "consejero y amigo".
En nuestro “camino español” por el teatro del Siglo de Oro, nos hemos detenido estas semanas en una obra cuyo manuscrito original se perdió y se reconstruyó a partir de copias: El Esclavo del Demonio (1612), escrita por Antonio Mira de Amescua en pleno esplendor del Barroco. Esta obra, que combina drama religioso, intriga y elementos sobrenaturales, sigue siendo hoy un testimonio de la audacia creativa de una época irrepetible. Mira de Amescua (1577-1644), sacerdote y poeta granadino, fue un autor prolífico pero ensombrecido por los gigantes Lope de Vega o Calderón. En plena Contrarreforma, cuando la Iglesia combatía la herejía, él creó una obra audaz: mezcló la leyenda de San Gil de Portugal (un santo que pactó con el diablo) con elementos de Fausto, anticipándose a Goethe en dos siglos.
En el Acto Segundo, vimos como Don Gil y Lisarda, tras haber abandonado la moral y la virtud, se entregan a una vida de crimen y desenfreno. Convertidos en bandoleros, desafían las normas sociales y religiosas, cometiendo toda clase de delitos sin remordimiento. En su búsqueda de poder y placer, Don Gil firma un pacto con el demonio, entregando su alma a cambio de satisfacer su pasión por Leonor, la hermana de Lisarda. Sin embargo, la corrupción de su espíritu lo lleva a un estado de desesperación, mientras Lisarda, tras un intento fallido de venganza, comienza a cuestionar su camino y muestra los primeros signos de arrepentimiento.
Acto III. Entre el infierno y la misericordia.
La escena se inicia con Leonor y Beatriz, donde Leonor confiesa haber estado en peligro de amar a un "forastero" (el Príncipe de Portugal), reflexionando sobre la diferencia entre el amor divino y el amor humano, este último lleno de celos, cuidados y desdichas...
En el Acto I, vimos como Marcelo, un noble anciano, decide casar a su hija Lisarda con Don Sancho y enviar a su otra hija, Leonor, al convento. Lisarda se rebela, confesando su amor por Don Diego, enemigo de su padre, quien la maldice. Don Gil, un hombre piadoso, intenta mediar pero cae en tentación y rapta a Lisarda. Mientras, Don Sancho se enamora de Leonor, y Don Diego, engañado, jura venganza.
Acto II. Venganza, caída y camino a la redención.
El Acto comienza con una escena de audacia y desesperación, mostrando a Lisarda y Don Gil transformados en bandidos que operan en las faldas del monte "Las Cabezas". Vestidos con hábitos de salteadores y armados con arcabuces, esta imagen inicial subraya la ruptura total de ambos personajes con sus vidas anteriores y su inmersión en el crimen.
En nuestro camino español por el Siglo de Oro, nos encontramos esta obra que combina drama religioso, conflicto moral y elementos sobrenaturales. La trama gira en torno a Don Gil, un hombre que, seducido por la ambición, pacta con el demonio a cambio de poder y conocimiento, desencadenando una lucha entre la condenación y la redención. A través de versos intensos y una estructura dinámica, Mira de Amescua explora temas como el libre albedrío, la soberbia humana y la misericordia divina, creando una pieza tan fascinante como reflexiva. Con su mezcla de tensión dramática y profundidad filosófica, "El esclavo del demonio" es otro ejemplo más de la profundidad intelectual de nuestro Siglo de Oro.
En el vasto universo del Siglo de Oro español, pocas obras son tan profundas como “El condenado por desconfiado”, de Tirso de Molina. ¿Puede la desconfianza condenar el alma? ¿Es la fe, y no sólo las obras, la clave de la salvación? Este drama teológico, escrito en plena Contrarreforma, sigue desafiando con sus preguntas eternas sobre la gracia divina y la fragilidad humana.
Fray Gabriel Téllez, conocido como Tirso de Molina, fue un fraile mercedario y uno de los grandes dramaturgos del Barroco español. Su doble condición de religioso y artista le permitió explorar como pocos los conflictos espirituales del ser humano. Con obras como “El burlador de Sevilla” (donde crea el mito de Don Juan) y “El condenado por desconfiado”, Tirso fusionó teología y teatro, llevando a escena las grandes inquietudes morales de su tiempo.
La Jornada Segunda nos mostró a Enrico, un criminal devoto de su padre enfermo. Tras perder dinero en el juego y planear delitos, visita a su padre. El afecto paterno le lleva a perdonar a un anciano, Albano, a quien debía matar, pero mata a Otavio al negarse a devolver el pago por no cumplir el encargo. Huyendo del gobernador, sobrevive al lanzarse al mar. Mientras tanto, Paulo, que cree su destino ligado al de Enrico, se convierte en bandolero al considerarlo condenado. Paulo prueba a Enrico con una falsa ejecución, ofreciendo confesión. Enrico la rechaza, reconociendo su pecado pero confiando firmemente en la misericordia divina. Paulo desespera, pero Enrico insiste en que la esperanza en Dios es la clave . Enrico decide regresar por su padre, manteniendo su fe.
Jornada III. La salvación por la fe y la condenación por la desconfianza.
La Jornada Tercera nos sumerge en los momentos finales de Enrico y Paulo, revelando un sorprendente vuelco en sus destinos. Encerrados en prisión, ambos enfrentan la muerte, pero sus actitudes y los acontecimientos que les rodean marcan un contraste dramático que culmina en un desenlace aleccionador.
En la jornada primera conocimos a Paulo, un ermitaño atormentado por dudas sobre su salvación tras un sueño premonitorio. El Demonio, disfrazado de ángel, lo engaña diciéndole que su destino está ligado al de un hombre llamado Enrico en Nápoles. Paulo viaja a Nápoles con su gracioso Pedrisco. En Nápoles, se presenta a Celia, una mujer de reputación dudosa ligada a Enrico, y conocemos la maldad de este último. Al llegar Paulo, presencia la crueldad de Enrico y, creyendo que su destino está atado al de Enrico, decide abandonar su vida de penitencia y seguir el camino del mal.
Jornada II. El encuentro de los destinos.
La Jornada Segunda continúa explorando el contraste entre la aparente maldad de Enrico y la creciente desconfianza de Paulo, llevando a ambos por caminos inesperados. La jornada se desarrolla en Nápoles y sus alrededores, marcada por encuentros violentos, momentos de inesperada piedad y un debate teológico sobre la misericordia divina.
La jornada se inicia con Enrico y Galván después de una partida de juego desafortunada para Enrico. Enrico se lamenta de su mala suerte y de haber perdido noventa y nueve escudos, aunque Galván le recuerda que el dinero no le había costado nada...
Comedia famosa de Tirso de Molina.
En nuestro camino español por el Siglo de Oro, aprovechamos la Semana Santa para visitar esta obra de Tirso de Molina, que encierra y de qué manera, la esencia del pensamiento español. Tirso plantea una tensión teológica entre fe y obras a través de los personajes de Paulo (el anacoreta que, pese a su vida de ascetismo, duda de su salvación y cae en la desesperación) y Enrico (el bandido pecador que, aunque vive en el crimen, mantiene una fe sincera en la misericordia divina y se arrepiente al final). En este Domingo de Resurrección, se celebra que Cristo vence al pecado y ofrece redención a quienes creen en Él. Paulo representa al que, pese a sus esfuerzos, no confía en ese amor redentor; Enrico, al pecador que, como el buen ladrón, se salva por fe. La obra es, así, un recordatorio de que la Pascua no es triunfo de los “perfectos”, sino de los que, en su debilidad, aceptan la gracia.
Jornada I. La duda y el fatal ejemplo.
La Jornada Primera nos introduce en un mundo de profunda fe, tentaciones diabólicas y una corrupción moral escalofriante...
El Siglo de Oro español fue un período de esplendor cultural en el que, pese a lo que muchos creen, las mujeres tuvieron un papel fundamental. Escritoras como María de Zayas, sor Juana Inés de la Cruz o Ana Caro dejaron obras de una calidad excepcional, pero una "cortina de olvido" —extendida sobre todo lo bueno del pasado hispánico— las ha mantenido en la sombra. No fue falta de talento, sino prejuicio histórico lo que silenció sus voces.
María de Zayas y Sotomayor (1590-¿?) fue una de las escritoras más audaces de su tiempo. Autora de ‘Novelas amorosas y ejemplares’ y ‘Desengaños amorosos’, exploró temas como el honor, el engaño y la libertad femenina con una prosa llena de ingenio y profundidad. Pero su obra dramática, ‘La traición en la amistad’, destaca por su elegancia y modernidad.
Esta obra, escrita en verso, es una comedia de enredo donde el amor, la amistad y la traición se entrelazan con maestría. Lo más sorprendente es su penúltimo verso, donde a través de Liseo se afirma que la historia es verídica: "La traición en la amistad, / historia tan verdadera / que no ha un año que en la corte / sucedió como se cuenta." Mientras hoy hablamos de series y cine, desconocemos las infinitas obras del Siglo de Oro que superan en diversión y profundidad a muchas producciones actuales. ¿Por qué no se adaptan más? El olvido no es casual: es parte, insisto, de un intento por borrar nuestro legado.
La pasión y el engaño dominan la corte. Marcia descubre que Liseo la traiciona con Fenisa, su amiga, y se alía con Laura —también víctima de su desprecio— para vengarse. Belisa, agraviada por Don Juan, logra reconciliarse con él tras revelarse los engaños de Fenisa. Liseo muestra su crueldad al despreciar a Laura y romper su carta, mientras Fenisa manipula a todos los amantes que se dejan. Gerardo rechaza a Fenisa, y Marcia, decepcionada de Liseo, empieza a sentir amor por él. La jornada cierra con alianzas femeninas y promesas de venganza, tejiendo una red de mentiras y pasiones enfrentadas.
Jornada III: La tempestad de celos y traiciones desata el vendaval en la corte.
La tercera jornada se abre como una herida sangrienta, con Laura sola, manifestando el veneno de sus celos en un lamento quejumbroso. "¿Qué pecado he cometido / para tan gran penitencia? / ¿Por qué acabas mi pacencia, / celos, verdugo atrevido?". Su monólogo es un grito contra el amor, personificado en un Cupido cruel y unos celos despiadados que la consumen. "Bástame, Amor, la tuya", implora, reconociendo tardíamente la escasez de la afección ajena.
Marcia, joven e impetuosa, confiesa a su amiga Fenisa su amor por el galán Liseo, ignorando que Fenisa también arde por él. La amistad se resquebraja cuando Fenisa, herida y astuta, inicia un juego de engaños: seduce a Don Juan para ocultar su pasión, mientras manipula a Liseo con una falsa carta de amor. Entre tanto, Gerardo sufre el desdén de Marcia, y Laura, abandonada por Liseo, jura venganza. El escenario queda listo para un drama donde nadie es quien dice ser, y el amor solo es el disfraz de la traición.
Jornada II: La madeja de las pasiones se enreda aún más en la corte.
La segunda jornada irrumpe con la zozobra del alma enamorada. Marcia, en soledad, define lo que es el amor: "Amar el día, aborrecer el día, / llamar la noche y despreciarla luego; / temer el fuego y acercarse el fuego, / tener a un tiempo pena y alegría". Esta retahíla de opuestos revela la tortura del amor no resuelto, un laberinto de sentimientos donde la razón se halla atada y la osadía campa libre.
Pronto, la entrada de Belisa introduce un nuevo elemento en el juego. Una dama "bizarra y de lindo talle" desea hablar con Marcia. La expectación crece con la descripción que Belisa hace de la misteriosa visitante, una mujer de "fama" y "gallardía", cuya sola presencia promete sacar a Marcia de su "confusión".
Comedia famosa de María de Zayas y Sotomayor.
En nuestro camino español por el Siglo de Oro, no queremos demorar la parada en la obra de una mujer, más en este mes de Marzo del manipulado 8M. En el Madrid del Siglo de Oro, donde las espadas chocan y los corazones laten al ritmo de las intrigas, María de Zayas y Sotomayor escribe “La Traición en la amistad”, estrenada en 1637, una comedia que no solo desnuda las fragilidades humanas, sino que reivindica con firmeza el lugar de la mujer en la literatura. Zayas no es una excepción en un mundo de hombres; es parte de una constelación de mujeres que, con su pluma, desafían las convenciones y demuestran que la creación literaria no tiene género. Junto a ella, nombres como Sor Juana Inés de la Cruz, con su agudo ingenio y su defensa apasionada del derecho de las mujeres al conocimiento, o Ana Caro de Mallén, dramaturga y poeta que brilló en los corrales de comedias, nos recuerdan que las mujeres siempre han estado ahí, escribiendo, pensando, cuestionando. A ellas se suman otras como Leonor de la Cueva y Silva, cuya obra “La firmeza en la ausencia” destaca por su profundidad emocional, y María de Guevara, que con sus textos políticos desafió las normas de su tiempo. Estas mujeres, cuyas obras exploraremos en otros artículos, no fueron rarezas ni excepciones; fueron creadoras esenciales en un tejido cultural que, sin ellas, estaría incompleto.
Cervantes y la resistencia ante el nihilismo moderno.
Miguel de Cervantes, el veterano de Lepanto, el prisionero de Argel, el hombre que Francisco Javier Escudero Buendía describe en su obra “Eso no estaba en mi libro de historia de Miguel de Cervantes” como “un hombre de negocios, un hidalgo y un caballero”, nos legó una obra que, aunque menos conocida que su inmortal Quijote, rezuma la misma fuerza y dignidad que caracterizaron su vida. Hablamos de “El Cerco de Numancia”, una tragedia escrita en verso que, según los estudiosos, nunca fue representada en vida de su autor. Cervantes, hijo de una familia hidalga, recibió una educación sólida que le permitió convertirse en el humanista que hoy admiramos. Su vida, marcada por la lucha y la adversidad, se refleja en esta obra, donde la resistencia y la dignidad humana se alzan como banderas frente a la opresión.
Concluimos hoy el resumen de la tragedia de Cervantes con la Jornada Cuarta, donde los romanos contemplan impotentes como los numantinos han elegido su propio destino de libertad.
Jornada Cuarta
Escena I:
En medio de la noche, el sonido estridente de las armas despierta a Cipión, Jugurta y Gayo Mario. "¿Qué es esto, capitanes? ¿Quién nos toca al arma en tal sazón?", pregunta Cipión, sobresaltado. Quinto Fabio irrumpe con la espada desnuda, informando que dos numantinos han desafiado al campamento romano. Estos guerreros, saltando el foso y la muralla, atacan las primeras guardias con furia, llegando hasta las tiendas de Fabricio y matando a seis soldados. "No con tanta presteza el rayo ardiente pasa rompiendo el aire en presto vuelo [...] como estos dos por medio de tu gente pasaron", describe Fabio, enfatizando la velocidad y ferocidad del ataque.
En nuestro resumen de la tragedia de Numancia, llegamos hoy a la tercera y penúltima Jornada, donde las mujeres numantinas comunican a sus esposos que prefieren morir con ellos antes que caer en manos del enemigo.
Jornada Tercera.
Escena I:
En el campamento romano, Cipión, con una sonrisa triunfal, contempla su obra. Su estrategia de asedio, basada en la astucia más que en la fuerza, está a punto de dar sus frutos. "En forma estoy contento en mirar cómo corresponde a mi gusto la ventura", reflexiona, saboreando la inminente victoria sobre la orgullosa Numancia.
De repente, una trompeta resuena desde las murallas de la ciudad. Corabino, un numantino, aparece tras la muralla con una bandera blanca, desafiando a los romanos a un duelo singular. La propuesta es simple: un guerrero de cada bando se enfrentaría en combate singular, decidiendo así el destino de la guerra. Cipión, con una risotada, rechaza la oferta. "¿Donaire es lo que dices, risa, juego, y loco el que pensase de hacello?", exclama, ridiculizando la desesperada propuesta de los sitiados. Afirma que Numancia caerá sin que Roma tenga que derramar una sola gota de sangre. Corabino, indignado, llama cobardes a los romanos, acusándolos de confiar en su superioridad numérica en lugar de en su valor individual. "¡Cobardes sois, romanos, vil canalla, en vuestra muchedumbre confiados, y no en los diestros brazos levantados!".
Continuamos hoy resumiendo la obra de Cervantes sobre Numancia, concretamente la Jornada Segunda.
Escena I.
La segunda jornada comienza con una reunión del consejo de guerra de Numancia, encabezada por Teógenes y Corabino, junto con otros cuatro numantinos y el hechicero Marquino. Teógenes expresa la preocupación por la influencia de los "tristes signos y contrarios hados" en su situación, señalando que los romanos los tienen cercados y los están destruyendo con tácticas cobardes.
También lamenta la traición de otros españoles que se han aliado con los romanos. Ante esta situación, Teógenes pide a los demás que busquen algún remedio para salir de la "desventura", ya que el asedio solo promete una pronta sepultura.
Corabino responde con su deseo de enfrentarse al ejército romano en campo abierto, donde el valor español podría prevalecer. Sin embargo, reconoce que se encuentran atrapados como "damas encerradas". Propone desafiar a los romanos a un combate singular, esperando que, cansados del asedio, acepten resolver el conflicto de esta manera. Si esto falla, sugiere romper el cerco romano por la noche y buscar ayuda de aliados.
Como ya indicamos en el artículo de presentación, comenzamos nuestro camino español a través de sus obras, con "El Cerco de Numancia" de Miguel de Cervantes.
Sabedores que la mayoría de las obras son totalmente desconocidas, presentaremos para cada una varios artículos donde las resumiremos, para terminar con un último donde daremos nuestra opinión sobre la misma. Así, os dejamos aquí el resumen de la Jornada Primera y os invitamos a leerla completa.
Escena I.
La obra comienza con una conversación entre Cipión y Jugurta. Cipión, un general romano, se encuentra agobiado por la pesada responsabilidad de la guerra que se está llevando a cabo. Se muestra preocupado por la larga duración del conflicto y las numerosas bajas romanas. A pesar de esto, Jugurta elogia el valor de Cipión, asegurando que él tiene la clave de la victoria.
Cipión reconoce que la disciplina es esencial, pero lamenta que el ejército romano esté más preocupado por los placeres carnales que por la gloria militar. Su principal objetivo es reformar a sus tropas, creyendo que un ejército disciplinado es clave para derrotar al enemigo.
En el corazón de la Asociación Cultural TAS Raíces late un compromiso profundo con la preservación, difusión y enriquecimiento de la cultura hispánica. El nombre de la asociación no es casual: la palabra “Cultura” ocupa un lugar central, y no sólo como un término descriptivo, sino como un eje fundamental de su misión. La cultura, entendida como el conjunto de creencias, valores, tradiciones y expresiones artísticas que definen a un pueblo, es el puente que conecta el pasado con el presente y el futuro. En un mundo cada vez más globalizado, donde las identidades parecen diluirse, TAS Raíces quiere iluminar el camino hacia la revalorización de nuestras raíces.
Pero, ¿qué es la cultura?
Hace poco hablábamos aquí de la escasez de médicos y maestros en la Seguridad Social. Ahora necesito a la Guardia Civil por un asunto que entenderán que no explique en esta líneas. Me encuentro que en la localidad donde preciso de su asistencia es bastante difícil encontrarlos, y eso es porque sólo hay una pareja para varios pueblos, ahora ya con órdenes de disolver la pareja para intentar cubrir más zona con menos personal. A fin de cuentas son personas y no pueden estar en todas partes a la vez. Difíciles de encontrar, casi como animales en peligro de extinción, para poner una denuncia hay que pedir cita, aunque sólo sea para saber dónde y cuándo encontrarlos (excepción hecha de radaristas por tierra y aire, que eso sí que llena las arcas del Estado para gastarlo en ¿personal para el Cuerpo? No, no precisamente).
Bravo, autoproclamado Gobierno Más Social De La Historia, lo has conseguido. Lo que decías que iba a hacer el PP lo has hecho tú: te has cargado la sanidad y la educación públicas.
Nuestra organización hermana en Cataluña organiza un evento reivindicativo de la Hispanidad.
Si estás por allí cerca, anímate y participa.
El 20 de Septiembre de 1920 se fundó la Legión Española.
La Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza celebra el 102º aniversario de este cuerpo legendario el día 25 de septiembre de 2022, y nosotros queremos acompañarles.
¿Vienes tu también?
PUENTE DE HIERRO EN ESTADO DE ABANDONO