28 de mayo de 1785
La bandera de España
28 de mayo de 1785
La bandera de España
El 28 de mayo de 1785, el rey Carlos III decretaba que la bandera de España estuviera compuesta por tres franjas horizontales: roja, amarilla y roja, siendo la franja amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. Pero de momento ésta sólo sería para la Marina de Guerra; para la Mercante serían cinco franjas, añadiendo una amarilla arriba y otra abajo.
Desde el incicio de ese siglo XVIII, las banderas que ondeaban en los barcos de la Real Armada presentaban el escudo real sobre fondo blanco; dicho color era común para muchos países de Europa, como Francia, Portugal, Nápoles o Sicilia. Incluso los buques ingleses, si empleaban la cruz de San Jorge sobre fondo blanco, podían ser confundido con barcos de otras nacionalidades. A Carlos III le preocupaba enormemente las confusiones que había al no distinguirse de lejos a qué pabellón enarbolaba cada barco, llegando incluso a entablarse combates por error.
Carlos III decidió hacer un concurso de diseño para hacer una bandera nueva para España y se lo encargó a su su ministro de Marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, quien convocó el concurso y eligió los doce mejores bocetos para que el Rey tomase la decisión final. Carlos III eligió dos de ellos, declarándolos reglamentarios el primero para la Marina de Guerra y el segundo para la Mercante. No se sabe a ciencia cierta quién fue el autor del diseño ganador o si fue el mismo Valdés el autor de dicho diseño, no obstante fueron ligeramente modificados por el monarca: en el diseño primitivo la franja amarilla central es de igual tamaño que las rojas, y Carlos III decide que será de doble ancho.
En todos los modelos finalistas abundaban los colores rojo y amarillo, por ser éstos los comunes en la heráldica de todas las banderas de los reinos que formaron España, pero también estaba presente el blanco, el cual parece que fue descartado por el rey, precisamente por ser el color de su dinastía, la borbónica. De hecho, según el propio rey, su elección final la realizaría desechando "todo perecedero signo de linaje". Es de destacar que en el Decreto se habla de “Bandera Nacional” y de “colocar en esta el Escudo de mis Reales Armas”, separando así lo que es puramente nacional español, la bandera, y lo que es su dinastía y su persona, el escudo.
A partir de aquí no habrá mas cambios, por tanto, en la bandera, pero si en el escudo. Cuando se nombra rey a Amadeo de Saboya, de una dinastía diferente a los borbones, éste cambia el escudo pero no la bandera; y durante la Primera República tampoco se modifica la rojigualda, sino el escudo. Sólamente durante el breve período de la II República se sustituirá la franja roja inferior por una morada, dictaminado en la Constitución de la dicha II República, no votada por el pueblo: “se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad…”
Se pretendía que el color morado era propio de Castilla porque los comuneros habrían alzado en su rebelión contra Carlos V un pendón de este color. Pero en ningún documento de los conservados aparece referencia alguna al supuesto pendón morado; sí que consta que en la batalla de Villalar (1521), se diferenciaron de los imperiales con cruces rojas en sus banderas, mientras que los imperiales las usaron blancas. Luego, hasta donde sabemos, si hubo un color distintivo comunero fue el rojo de sus cruces, además de que el color tradicional de Castilla es el rojo, sobre el que se representa un castillo en dorado (o amarillo, como la rojigualda).
Como veíamos antes, la bandera de tres franjas fue en principio sólo para la Armada de Guerra, pero muy pronto se ganó el favor del pueblo. Poco a poco se fue ordenando que ondeara, además en otras dependencias de la Marina tales como cuarteles, astilleros, plazas y fortificaciones; más adelante. Unos 25 años más tarde de su nacimiento, durante la Guerra de Independencia, se empezó a usar en tierra por unidades desembarcadas y muy pronto se extendió a todo el ejército: la primera referencia de su uso en tierra es en la batalla de Bailén, en 1808, poco después de empezar la guerra. Se iza por los ciudadanos de Gerona al defenderse de los franceses en el sitio de 1809...
Como hemos visto la rojigualda de la Marina fue acogida paulatinamente por el pueblo y arraigó como bandera Nacional y fueron los sucesivos sucesos, cambios de sistemas de gobierno y demás los que fueron motivaron la ampliación en su uso y el elegirla como bandera Nacional: fue la que se levantó en 1808 contra la tiranía del invasor francés; en 1812 preside la firma de la famosa Constitución de aquel año; en el levantamiento revolucionario liberal de 1868 que termino con el derrocamiento de Isabel II mantuvo la bandera bicolor. En los Gobiernos provisionales se mantuvo. En la Primera Republica, la Orden de 1874 ordenaba: “la desaparición de todos los signos exteriores que representen... la Monarquía; ...se supriman las coronas que hasta ahora han venido usándose en las gorras, así como en el escudo de las banderas.” “...el pueblo libre, que al tomar las riendas de su propio gobierno proclamaba pacíficamente el nuevo régimen, izó por todo el territorio aquella bandera…” La aceptará como propia Amadeo de Saboya, como veíamos antes, y como no podía ser de otra manera, nuevamente aceptada y reconocida por la Constitución de 1978, actualmente vigente.
Nuestra Bandera: no representa un sistema de gobierno determinado, no pertenece a ninguna ideología o religión, no corresponde a ninguna territorio en particular sino a toda España, no fue impuesta por tiranos o revolucionarios. Es la bandera de todos los españoles.
Feliz cumpleaños.
Lucio