1 de octubre de 2023
Objetivos de Raíces
1 de octubre de 2023
Objetivos de Raíces
Cuando hace unos años, un grupo de aragoneses decidimos apostar en Zaragoza por la creación de un proyecto cultural que terminó por desembocar en la asociación TAS RAÍCES, los allí reunidos teníamos en mente una serie de ideas y proyectos a los que tratar de dar forma. No obstante y a pesar de las pequeñas diferencias que nos contemplaban, tres fueron las metas que desde entonces nos marcamos y que entendíamos como esenciales para poder llegar a buen puerto.
La primera de estas metas, crear una asociación inconformista pero a la vez seria, alejada de cualquier tipo de frikismo, con el fin de que aportase a nuestra ciudad conferencias, actos o presentaciones de libros pero siempre bajo un criterio de calidad; la segunda, dotar a la asociación de un activismo constante, acorde con el material humano con el que contábamos pero evitando convertirnos en la enésima asociación o grupo que tras un período corto de tiempo, desaparece sin dejar rastro, y tercero, convertirnos en una asociación abierta a todo el mundo que compartiese los mismos principios, fijando una cuota simbólica que impidiese que nadie quedase fuera por una razón de índole económico.
En estos últimos años, varias son las ideas sobre las que fundamentamos nuestro discurrir diario apoyando la necesidad de mantener una lucha cultural al margen de las disputas políticas. De entre todas las ideas, aunque, repito, siempre contemplando todo desde una perspectiva fuera del politiqueo, está la de interpretar lo que ocurre a día de hoy en nuestra sociedad como una lucha entre quienes defendemos la libertad y la soberanía nacional frente a aquellos que apuestan por la imposición de un modelo de tiranía globalista, donde solamente unos pocos deciden por los demás de acuerdo a sus propios intereses.
Para este otoño, estamos preparando una campaña contra la imposición de los objetivos de la llamada Agenda 2030, que es el principal caballo de Troya del todopoderoso globalismo. Varias son las iniciativas que queremos llevar a la práctica en la calle, pero hay una cuestión que no debemos perder de vista: la enseñanza es la primera de las trincheras que debemos tratar de conquistar si queremos ganar esta batalla.
En este último mes, mientras el país andaba dividido en infinidad de cuestiones nimias como el caso Rubiales, comenzaba un nuevo curso escolar. Aprovechando la plasticidad de la mente de los menores y el desconocimiento de la mayoría de padres de lo que realmente acontece en los centros escolares, los chicos vuelven a ser usados como conejillos de Indias adoctrinados en el más puro globalismo.
Por si los docentes, tras las vacaciones, no recuerdan qué debe ser prioritario en el sistema educativo actual, en las guías que las distintas editoriales les regalan para orientar el proceso de enseñanza aprendizaje, ya les refrescan la memoria proporcionando una lista de objetivos a llevar a cabo con el inequívoco sello de la puñetera Agenda. Ya decía el filósofo alemán Max Stirner que el estado no te da la educación que necesitas, sino la que él necesita que tengas.
Pero vayamos a un ejemplo muy concreto: libro del área de Ciencias Sociales de Sexto de Primaria. En la guía del profesor se marca en cada unidad el correspondiente objetivo de "desarrollo sostenible". En el primer tema, dicho objetivo es el de mostrar interés por conocer las desigualdades en el trabajo que surgen por razón de género.
Dudo que se les ocurra reflexionar si tan importante es la llamada brecha de género, por qué es muy superior la femenina en dicho sector educativo y por el contrario, apenas existente en el sector minero o el de la construcción. Suponemos que recurrirán a los mantras de turno para inculcar en niños y adolescentes esa idea escandalosamente falsa que viene poco menos que a plantear que las mujeres españolas carecían de derechos como si de afganas se tratase, hasta la llegada de Sánchez y los suyos, suyas y "suyes" a nuestras desdichadas vidas.
Otro de los objetivos de desarrollo sostenible marcados en dicha guía es el de reflexionar acerca de la necesidad de combatir el cambio climático, una cuestión que por supuesto, tratan como si de un dogma religioso se tratase.
Hoy en día, todos los libros de texto están plagados de artículos, entrevistas, párrafos, textos destinados a la comprensión lectora y un largo etcétera donde se trata el cambio climático ciñéndose completamente a un discurso oficial que busca literalmente "acojonar" al alumnado sobre la llegada inminente de un supuesto cataclismo climático en el que pereceremos todos si no lo remediamos pronto.
Ejemplos como estos los hay a patadas, pero sí podemos decir sin temor a equivocarnos que los tres principales aspectos donde se ve la mano del adoctrinamiento son la inmigración, el feminismo y por encima de todos, el cambio climático. El objetivo final de este adoctrinamiento es doble: primero, formar una generación de ignorantes carentes de cualquier espíritu crítico y con un nivel cultural cada vez más bajo, algo que principalmente perjudica a los sectores más humildes y con menos recursos económicos y segundo, convertir los centros de enseñanza en laboratorios destinados a la preparación de activistas woke.
Lo más increíble de todo esto es que un porcentaje muy elevado del profesorado al que se le llena la boca con eso de la defensa de la educación pública son incapaces de ver que el pensamiento crítico ha sido extirpado de las aulas y como la continua bajada de nivel a quien más perjudica es al humilde.
Tal y como manifestó recientemente un diputado de Vox en las Cortes aragonesas refiriéndose a la izquierda, la educación pública no les pertenece a ellos, sino a todos. Es pues, tarea de todos defender dicha escuela pública, liberarla de la propaganda y el adoctrinamiento y lo que es más importante, contribuir a prestigiarla para formar a los españoles del futuro como personas lo mejor preparadas posibles y con un alto nivel cultural, algo que contribuirá , sin duda, a una España mejor.
José Luis Morales