19 de octubre de 2025
Acoso escolar
19 de octubre de 2025
Acoso escolar
El pasado martes, tal y como informaban los medios, una niña sevillana de 14 años, ponía fin a su vida, harta del acoso que sufría en el colegio por parte de tres "compañeras" desde hacía aproximadamente un año.
Son numerosas las condolencias que hemos leído o escuchado en diferentes ámbitos tras este suceso tan trágico. Muchos son también los que apuestan porque esto suponga un antes y un después que sacuda conciencias y que contribuya a cambiar las cosas. Nosotros, desde nuestra asociación, somos bastante pesimistas a este respecto.
Son varios los motivos que nos llevan a dicho pesimismo.Desgraciadamente siempre que ocurren tragedias similares, es triste comprobar que hay un porcentaje de la población bastante importante, que a pesar de sus buenas intenciones y de manifestar un deseo de hacer justicia, no parecen realmente ser conscientes del tipo de sociedad en la que vivimos.
Lo primero que todo el mundo tendría que tener claro es que la educación tiene que comenzar en casa. El problema viene cuando vivimos en una sociedad cobarde y egoísta donde no son pocos los padres que, lejos de poner limites a sus hijos, los convierten desde pequeños en unos consentidos, muchos de los cuales acabarán por ser unos tiranozuelos a los que no se les ha inculcado ningún tipo de respeto.
Conviene precisar también, que la disciplina, absolutamente imprescindible en los centros de enseñanza, se extirpó de las aulas hace ya muchos años, en pos de la llegada de todo un modelo "progre" educativo, de la mano de organismos como la UNESCO, con todo ese lenguaje blandengue y sensiblero sobre la inclusividad, el empoderamiento o eso que llaman "gestión emocional" que no ha aportado solución alguna y ha sustituido a la disciplina, permitiendo que todo tipo de conductas más que reprobables pululen a sus anchas por aulas, pasillos y patios.
Desgraciadamente si un profesor quiere imponer disciplina, le es materialmente imposible, pues se encuentra atado de pies y manos. Si esto lo unimos a lo anterior, el problema esta servido y acabará, la mayoría de las veces, frustrando al docente. Si lo expresamos a través de un ejemplo práctico, la situación es la siguiente: si tú como profesor informas a los padres de que su hijo tiene un mal comportamiento y que es reiterado, como los padres no estén por la labor de corregir dicho comportamiento, no vas a poder hacer prácticamente nada. En este sentido, la experiencia personal en el ámbito educativo me dice, tras casi veinte años en la profesión, que es prácticamente imposible encontrarte con unos padres que reconozcan la culpabilidad de su hijo, sin poner un solo pero o tratar de echar balones fuera.
Ni que decir tiene que si la familia del "nene" agresor, al margen de negar lo evidente, tiene un ápice más de mala leche, lo primero que hará será presentarse ante inspección con el fin de emplumarte a tí, así que para evitar males mayores, los habrá que pasen o miren hacia otro lado, no sea que el "nene" se dedique en clase a tocarle las pelotas a ese profe "fascista" que ha osado contradecir al "rey de la casa".
El problema se agranda aún más cuando es un porcentaje del mismo profesorado el que desprecia todo lo que suponga impartir disciplina, capaz de mutar de Mr Jekyll a Hyde en cuestión de segundos si escucha el susodicho término, algo que como paleprogres de libro, les suele sacar bastante de quicio. Por cierto, que esa parte del profesorado suele ser ese sector al que no les quita el sueño la progresiva bajada del nivel, que curiosamente, trajeron las mismas reformas educativas que extirparon la disciplina.
Por lo que han transmitido los medios, el colegio donde se producía el acoso, no había iniciado el protocolo a seguir en estos casos. Tampoco nos llevemos por ello las manos a la cabeza. Este tipo de protocolos no son más que meros trámites que sirven para que el colegio se autojustifique y que a la postre, no sirva para lo que debería estar destinado, como sería proteger a la víctima y castigar al agresor o agresores.
Y por último, y es lo más grave de todo, tenemos que señalar la vergüenza de unas leyes que solo parecen estar para facilitar la vida al delincuente. ¿Pero de verdad aún quedan personas que no saben que en "virtud" de la Ley del Menor, a los "nenes" que delinquen no se les castiga, aunque en vez de acosar, lo que hagan es robar, violar o asesinar?
¿Todavía no se han percatado que los dos principales partidos no tienen ninguna intención de derogar estas leyes que garantizan la impunidad de los menores aunque cometan las más graves fechorías?
¿Cómo un gobierno español, va a tener la voluntad de perseguir de manera ejemplar el acoso a una niña, cuando el régimen entero consintió y premió a una comunidad donde un sector, el separatista, señaló, acosó, secuestró, extorsionó y asesinó a centenares de personas solo por sentirse españoles y encima los tenemos en los medios dándonos lecciones y hablando de genocidios?
¿Cuántas personas más tienen que morir para que de una vez por todas, salgamos a la calle, echemos a puntapiés a la clase dirigente y mandemos de manera definitiva al infierno, estas leyes que desprecian al honrado y a la víctima, mientras protegen al que delinque?
José Luis Morales