Desviando la atención
7 de Agosto de 2022
7 de Agosto de 2022
EDITORIAL
No deja nunca de sorprendernos la asombrosa capacidad que tienen los partidos a la izquierda de desviar la atención sobre las cuestiones importantes y primordiales que nos afectan a la mayoría, poniendo sobre el tapete todo tipo de ocurrencias que quedarían, en una sociedad medio normal, como meras y simples anécdotas.
Un claro ejemplo de esto a lo que me refiero es sin duda, el famoso comentario de Sánchez hace unos días a cuenta del ahorro energético y su famosa corbata. En la esfera privada, no tendrían la más mínima oportunidad de alcanzar un alto cargo en ninguna empresa, pero en lo concerniente a los tejemanejes de la política, se mueven como pez en el agua, demostrando que hasta el mayor de los tontainas es capaz de llegar a lo más alto.
Así pues, el risible asunto de la corbata que tanto meme y tanto chascarrillo ha desencadenado, ha sido esencial para que pasen prácticamente desapercibidas noticias tan graves como la confirmación de las penas a los expresidentes andaluces Chaves y Griñán que el Supremo ha sentenciado a cuenta de la descomunal malversación de millones de euros públicos que en teoría iban a parar a los parados. Sin olvidar, el espaldarazo del gobierno a la ley que burla la obligatoriedad de impartir un 25% de horas en español o castellano en las aulas catalanas. Una vez más, los independentistas vuelven a salirse con la suya con la complicidad del gobierno central.
Con la manera autoritaria que les caracteriza, no han tardado en sacarse de la manga una nueva ley con el objetivo de fomentar el ahorro energético. Todo ello, recordemos, a cuenta de la dependencia energética que supuestamente tenemos de la malvada Rusia de Putin. Empresas, comercios y hostelería tendrán un tope a la hora de poner calefacción y aire acondicionado, mientras mantienen cerradas las puertas exteriores. ¿Qué más tienen que imponerle a la hostelería para que acaben a sartenazos con los gobernantes?
Se da la curiosa paradoja de saber qué pasará a partir de septiembre al entrar en conflicto las medidas de ahorro energético con las medidas anti covid, cuando se nos presente la nueva variante como una ola, como cantaba la Jurado.
Llegará un momento en que nuestros mandamases europeos, nacionales y autonómicos tendrán que optar, pongamos por ejemplo, entre imponer puertas abiertas en centros educativos para ventilar o mantenerlas cerradas para ahorrar. Sea como fuere, uno no tiene más que la impresión de que nos toman completamente el pelo y que nuestros gobernantes dicen, desdicen, hacen o deshacen en función de lo que desde arriba les dictan los Soros, Gates y compañía.
En fin, iremos viendo poco a poco hacia qué lado nos mandan tirar. Valoraba también estos días, la posibilidad de que Pedro Sánchez simplemente sea un completo gafe. Viendo en las noticias el rayo que ha matado a unos pobres desgraciados junto a la mismísima Casa Blanca, la cuestión es si dicho gafe no es sino su actual inquilino: el desorientado Biden.
Ha sido llegar a la presidencia de la manera que fue, con aquel interminable recuento que birló la victoria al criminalizado y vilipendiado Donald Trump, que a tenor de la prensa, era un peligroso fascista que ponía en peligro la paz mundial, para que en poco más de un año saliera por piernas de Afganistán dejándolo en manos talibanes, Rusia haya invadido Ucrania, China se las tenga tiesas con Taiwán, Serbia haya sido amenazada por la OTAN a cuenta de ese Kosovo que los norteamericanos se sacaron de la manga y para colmo de males, hayan entrado en recesión.
¿Estamos hablando de mala suerte o de simples casualidades? En el mundo de la globalización actual, nada parece quedar a merced de la casualidad, pero en todo caso, asquea una vez más el completo seguidismo que nuestro gobierno hace de políticas que marcan otros desde otras esferas a las que el común de los mortales permanecemos ajenos.
José Luis Morales