Esta de hoy es una de esas veces en las que son tantos los asuntos en el candelero, que a la hora de ponernos a escribir el editorial de la semana, es difícil acertar con el asunto más importante o el que acapare una mayor atención.

No obstante, comenzaremos de nuevo por el Presidente Sánchez que, una semana más, sigue aferrado al cargo, mintiendo como un bellaco en todos los escenarios posibles sin que parezca importarle lo más mínimo. Nada parece frenarlo y a estas alturas de la película, imaginamos que los socios y acólitos dentro del partido serán quienes lo destronen, cuando las intenciones de voto se vislumbren nefastas para todos aquellos que hayan quedado retratados hasta el final, inalterables ante tanta mugre. El tiempo pondrá a todos en su sitio.

Por cierto, que la desfachatez de Sánchez en la pasada cumbre de la OTAN ha tapado otras cuestiones no menos importantes. La misma Meloni le reprochaba a Sánchez, ante las cámaras y de manera irónica, que firmase lo mismo que los demás y luego quisiera negarlo. Ante tal afirmación, nos preguntamos ¿La defensa de la soberanía italiana que defendía en la oposición Meloni pasa ahora por afrontar a pies juntillas un descomunal gasto en defensa en función, como siempre dentro de dicha organización, de los intereses norteamericanos? Porque para ese viaje no hacían falta alforjas ni tanta bandera italiana ondeando en los mítines.

No obstante y volviendo de nuevo a Sánchez, uno de sus esbirros más abyectos, Conde Pumpido, le daba la buena noticia de la temporada, apoyando por mayoría en el Tribunal Constitucional la legalidad de la Amnistía al "proces". Esperemos que de una vez por todas, este espaldarazo del Constitucional a Puigdemont sirva para abrir los ojos a aquellos que aún mantienen su esperanza en una Carta Magna empeñada en su propia destrucción y lo que es peor, en la aniquilación de España.

Una vez que el Constitucional se ha pronunciado a favor de la Amnistía, volvemos de nuevo a preguntarnos: ¿Acudirá el separatismo y el gobierno catalán al completo a rendirle pleitesía oficial, el 6 de diciembre, precisamente a la única Constitución y régimen que les ha concedido semejante impunidad? ¡A ver si va a resultar que tanto el separatismo catalán como el vasco, llevan décadas criticando la Constitución cuando es el principal aval que les garantiza sus privilegios!

También es cierto que un gobierno como el catalán no necesita una sentencia favorable para hacer lo que le venga en gana. En Aragón tenemos mucha experiencia con este tema. De hecho, ante la sentencia del Supremo que obliga a devolver las pinturas murales de Sijena, el gobierno catalán se ha pasado una vez más, la sentencia por el forro. Este pasado jueves se cumplía el plazo para que el Museo Nacional de Arte de Cataluña devolviera las obras y aquí no ha movido nadie un dedo. Hagamos caso omiso, cualquiera de nosotros, a una sentencia de semejante tribunal y comprobaremos de inmediato como la justicia no es lo lenta que parece cuando quiere.

Y es que, con este espaldarazo implícito otorgado al intento de golpe de estado separatista, el grado de degeneración alcanzado por el régimen constitucional que nos ha arrastrado a esta situación, parece dispuesto a encontrar un fondo más profundo si cabe. No nos llevemos a engaño. En todo este despropósito a nivel nacional, Sánchez no es más que el colofón, la guinda de un pastel que hace tiempo que ha caducado.

Lo único que estamos haciendo a estas alturas de "democracia", es recoger lo que otros sembraron. Así que los Sánchez, Ábalos, Puigdemont, Yolanda Díaz u Otegi son personajes nefastos, sí, pero a los que el régimen les ha permitido llegar donde han llegado.

Cuantos más años llevamos de régimen, mayor es el proceso de descomposición nacional, social, político, económico y cultural. El poder que la Constitución le otorga a los partidos los ha convertido en gigantescos entramados corruptos, aquella organización territorial por la vía de las autonomías ha hecho crecer el separatismo convirtiéndonos en una carísima Torre de Babel, la tan cacareada reinserción sobre la que debían girar las penas ha dejado la calle en manos de una criminalidad a la que además, los medios del sistema esconden y protegen, la falta de operatividad y preparación de la clase política es pasmosa, las leyes educativas están cada vez más alejadas de la excelencia, la soberanía nacional está secuestrada por la UE, la OTAN y el sátrapa marroquí, el poder judicial se encuentra absolutamente al servicio del poder, el ejército y los cuerpos de seguridad, copados en sus altos mandos por cargos de asignación política...¿Queda algo que funcione?

Es absolutamente imprescindible rescatar a España de un régimen que la está destruyendo y minando su unidad. Todos podemos aportar por poco que sea, pero es imprescindible conocer a qué te enfrentas en realidad . Quizá, como manifiesta Cristóbal Cobo en una entrevista de Terra Ignota, reforma y revolución pueden ser incluso compatibles como paso previo a la creación de un frente amplio de españoles que ponga en el punto de mira a un régimen del 78, donde los separatismos, la partitocracia corrupta y las plutocracias extranjeras están haciendo trizas una nación que por historia, merece mucho más que está vergonzosa inacción y dejadez.

José Luis Morales