26 de octubre de 2025
Mercedes Formica
26 de octubre de 2025
Mercedes Formica
Ayer sábado 25 de octubre, en el Espacio el Batallador y organizado por nuestra asociación TAS Raíces, se presentaba en Zaragoza el libro "Mercedes Formica: retrato apasionado de una mujer valiente" con la presencia de la autora de dicho libro, María José Ibáñez.
Durante la exposición del libro y en el posterior turno de preguntas que se abrió despues, fueron varias las intervenciones que incidían en la constatación de la gravedad de la situación actual, con un feminismo oficial copado por una serie de "lumbreras" que, sin ningún tipo de preparación académica, pero especialmente listas a la hora de colocarse a través de mil y un chiringuitos, han venido a sustituir la otrora lucha de clases por un enfrentamiento entre hombres y mujeres, cuya principal consecuencia es la desprotección de ambos sexos, víctimas de todo el despropósito woke.
En estas circunstancias, no resulta extraño que personas de la talla de la abogada y escritora Mercedes Formica hayan sido arrinconadas, lejos del alcance de una mayoría de españoles a los que el régimen actual, falsamente denominado democrático, ha hurtado, entre otras cosas, la cultura con mayúsculas, pues tienen verdadero pánico a perder un relato, que es un completo dislate pero que se mantiene, tanto por el amplio despliegue de medios que controlan, como por el nivel de adoctrinamiento que hacen de estos temas en las aulas, aunque las consejerías de educación estén dirigidas por un PP, que en esto de la lucha cultural, como han demostrado siempre, rinde completa pleitesía al mundo progre.
Solamente un sistema, o llamémosle mejor régimen, que pretende imponer un modelo educativo y cultural para promover la ignorancia entre su propio pueblo es capaz de esconder a grandes mujeres como Mercedes Formica, mientras encumbra a auténticas nulidades como son Irene Montero, Ione Belarra, Ada Colau y todas esas cortesanas de la tiranía globalista, a las que, en realidad, la suerte de las mujeres les importa, como han demostrado también con las víctimas civiles palestinas, un verdadero pimiento, por usar un término que no resulte soez.
El objetivo, como señalaban ayer en una de las intervenciones, no es otro sino el propósito de destruir por completo el núcleo familiar tradicional. Todo lo que sale de quienes manejan, tras las bambalinas, los hilos de este neofeminismo woke, así como todas las leyes que nos imponen, van dirigidas contra la familia, con la clara y terrible intención de hacerla trizas, dejando a las personas en un completo desamparo a merced de sus siniestros planes.
La ultima de estas iniciativas, la constituye la denominada violencia vicaria. El pasado 30 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobaba el Anteproyecto de Ley Orgánica de medidas en materia de violencia vicaria, que tipifica por primera vez este tipo de violencia. El Ministerio de Igualdad, que dirige Ana Redondo incorpora la violencia vicaria al Código Penal introduciendo un artículo 173 bis, con la consideración de agravante, dentro del contexto de lo que denominan violencia de género.
El término de violencia vicaria fue acuñado por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro, en 2012, sin ningún atisbo de rigor científico, definiéndolo como "aquella violencia que se ejerce sobre los hijos para herir a la mujer". Por supuesto y como habrán adivinado, cuando ese mismo tipo de violencia es usado por la mujer contra el hombre, ni siquiera es contemplado, ignorando el sufrimiento de los menores.
En consecuencia, este anteproyecto de ley, como todo lo que surge del gobierno, se aplicará de una manera torticera que asegure que solo pueda perseguirse esta violencia si quien la ejerce es el hombre. Como explicaba recientemente Juan Soto Ivars, lo que se consigue es que los informes oficiales solo contabilicen a las víctimas cuando el agresor sea el hombre, y lo que es peor, dejen en un completo desamparo a los niños que sean víctimas de sus madres. Todo, bajo el amparo de un bodrio ministerial que, en el colmo del cinismo, se denomina de "igualdad".
Por ello y así concluimos este editorial, es necesario trabajar por un feminismo equitativo, tal y como explicaba ayer María José Ibáñez, que sea capaz de ofrecer soluciones a los problemas en las relaciones, mandando al carajo al discurso feminista actual, que solo busca nuestro enfrentamiento con el fin de destruir a la familia y a todos a los que esta institución engloba, sean niños, hombres y mujeres.
José Luis Morales