9 de noviembre de 2025
Fanatismo y violencia
9 de noviembre de 2025
Fanatismo y violencia
A la izquierda en general y al PSOE, en particular, hay que reconocerles determinadas cosas, aunque sea de vez en cuando. Gobernando y poniendo sus políticas en práctica, son una auténtica calamidad, pero a la hora de elaborar o imponer un relato sobre lo que acontece y de tratar de llevar los debates a su terreno, lo hacen con una maestría increíble.
Que el PSOE además, sea capaz de conseguir que determinadas víctimas que han perdido a seres queridos, antepongan su forofismo por el partido, a que se haga justicia y se señale a todos los culpables, es para quitarse el sombrero. Ya lo hicieron en su momento tras el 11M y lo han vuelto a hacer ahora con la tragedia en Valencia. Eso sí, invisibilizando a la mayoría de ellas, no sea que digan algo inconveniente que no esté en el guión y se les atragante.
Por supuesto, para que su discurso cale socialmente, necesitan un monumental despliegue de medios copados por tertulianos que, estupendamente regados con dinero público, repitan las clásicas y típicas consignas como loritos. Y como colofón, el cuajo de un tipo como Sánchez, capaz de solicitar la urgente convocatoria de elecciones en un territorio, mientras él es incapaz de presentar presupuestos, con la espada de Damocles sobre su cabeza y encima coincidiendo con la escenificación de la ruptura total del partido del prófugo Puigdemont con él. Eso sí, una vez convocadas dichas elecciones, en territorio valenciano, desde aquí le recomendamos a Sánchez que abra campaña en Paiporta, a ver qué clase de acogida le dispensan, si es que recuerda cómo llegar.
Lo que es constatable es que desde hace unas semanas, politiquillos como Pablo Iglesias, la Montero o Ione Belarra así como conocidos tertulianos de esos que comentan todo sin saber de nada, están calentando tertulias y redes con la intención de incitar a los suyos a la violencia, camuflado con eufemismos como lo de que "al fascismo se le combate".
Lo que en realidad están diciendo estos vomitadores de odio, es que a todo aquel que no sigue sus postulados y, lo que para ellos es más odioso, a aquel que se atreve a manifestarlo públicamente en foros como las Universidades, hay que ir a partirle la cara, mientras los muchachos de Marlaska miran a otro lado, garantizándoles la impunidad más absoluta. Recientemente se la partieron a un periodista de El Español en Navarra, acorralado y agredido por una turba de matones sin que ningún tertuliano de izquierda haya pronunciado ni una sola palabra de repulsa.
Todos aquellos que conocimos los tiempos en los que la organización terrorista ETA asesinaba a centenares de españoles, incluidos varios niños, y Batasuna lo justificaba ante las cámaras, comprobamos como hoy, es muy difícil o imposible, hacer una simple distinción entre aquellas justificaciones de las que los filoetarras hacían gala, con aquella hipocresía criminal y las que hace la izquierda actual, desde que irrumpió el zapaterismo en nuestras vidas.
En este contexto, también se hace imprescindible que no entremos en su lenguaje y llamemos a las cosas por su nombre. Cada vez que a una turba de matones de extrema izquierda los tildamos de "fascistas" lo único que hacemos es blanquear su ideología, que no es otra que la marxista o comunista.
Con todo y por muy nerviosos y soliviantados que estén, en lo que respecta a la inserción social, llevan las de perder a medio y largo plazo, pues a pesar de esa fachada antisistema con la que andan disfrazados, no son sino los matones y tontos útiles de un sistema, diseñado por determinadas mafias económicas globalistas, que los usan para tratar de tapar la boca a todos aquellos que disentimos de sus políticas e imposiciones.
Porque en cuanto bajamos al terreno de lo puramente práctico, esas políticas woke, como las que giran en torno al feminismo radical, al timo climático o a la defensa a ultranza de la avalancha migratoria, son un auténtico desastre que tienen como principales damnificados a los trabajadores autóctonos, sean autónomos o en nómina y a las familias de clase baja y media. Nadie puede entender que cada vez sea más inasequible el acceso a la vivienda, sobre todo para los jóvenes, mientras las fronteras son cruzadas de manera ilegal todos los días pero asegurando diferentes partidas públicas y ayudas sociales para su atención.
De hecho, en lo que respecta a la juventud, hasta en la misma "memoria democrática" les está saliendo el tiro por la culata, insistiendo machaconamente en sacar a pasear el "franquismo" mientras lo que recogen es que, una parte cada vez mayor de jóvenes, simpatice con un régimen al que la izquierda, solo por odio revanchista, se ha encargado de poner en el candelero, medio siglo después, cuando el más estricto sentido común invitaba a superar aquel período y no sacarlo de contexto.
Cuanto mayor sea el distanciamiento de los políticos del sistema, voceros y matones incluidos, con las verdaderas necesidades del pueblo, más espacio nos dejarán a aquellos para los que la defensa de nuestra soberanía y de una España más justa es algo irrenunciable. Así que, mientras unos actúan encapuchados y en manada, alentados por pseudo periodistas ignorantes y politiquillos de tarjeta visa y casoplón, nosotros a lo nuestro defiendo nuestros ideales de una manera rotunda, clara y por supuesto, orgullosos de ser quienes somos y de nuestra nación, a cara descubierta.
"Ladran, luego cabalgamos"
José Luis Morales