A vueltas con la reducción de jornada a 37’5 horas, volvemos a ver como tenemos un gobierno conformado por vagos y sinvergüenzas que no han dado palo al agua en su vida, ni se han subido a un andamio, ni han cogido un volante, ni trabajado nunca en nada que cueste el más mínimo esfuerzo.
Pero antes de proponer medidas como esa, hay que poner los pies en el suelo: no se puede proponer una jornada diaria de 7 horas y 30 minutos siendo que en los antes mencionados andamios y volantes se vienen haciendo 10 y 12 horas diarias sin que haya en el gobierno quien se preocupe lo más mínimo.
El grito imperecedero de un pueblo.
Mientras las legiones de Star Wars desfilaban el sábado por Zaragoza y las banderas culturales ajenas ondean en nuestros productos como estandartes de una modernidad impostada, existe un universo paralelo, tan nuestro como deliberadamente olvidado, donde la palabra era un arma tallada en versos octosílabos, el honor un patrimonio colectivo más valioso que la vida y la justicia una conquista popular que nacía del vientre ultrajado de un pueblo. En ese universo, el de nuestro Siglo de Oro, se alza imponente Fuente Ovejuna de Lope de Vega, no como una reliquia polvorienta en el desván de la historia literaria, sino como un espejo brutalmente actual de lo que fuimos y, quizás, de lo que aún podríamos ser si recuperásemos la memoria.
El pasado viernes 12 de septiembre de 2025, y en los locales del Espacio el Batallador, nuestra organización TAS RAÍCES organizaba la conferencia "La pacificación del protectorado español" impartida por Rubén Juárez y enmarcada en el Primer Centenario del Desembarco de Alhucemas.
La conferencia, tras una breve presentación del presidente de la asociación, José Luis Morales, comenzaba con una amplia introducción del contexto en que se desarrolló dicho desembarco, del que podemos destacar la vinculación que tuvo con el desastre de Annual o la explicación de la diferencia entre colonialismo, imperialismo y protectorado, así como la división que existía entre los militares con respecto a nuestra presencia en el continente africano.