20 de agosto de 2023

Postureo feminista

Decía Gustave Le Bond en su "Psicología de las masas" que las masas, valga la redundancia, nunca han sentido sed por la verdad. Quien sabe engañarlas se convierte fácilmente en su dueño y quién intenta desengañarlas se convierte en su víctima. Por ello, más del noventa por ciento de los mensajes que recibimos de la clase política a través de sus medios, no es más que simple postureo. En el caso del feminismo es continuo: puntos lila, anuncios contra el maltrato donde se saca tarjeta roja, carteles a la entrada de municipios especificando que ahí no se permite la violencia machista ¡Cómo si se permitiese en los demás! En fin, un montón de dinero echado a perder que sería mucho más útil si se destinase, por ejemplo, a la protección de mujeres amenazadas.

Es necesario también tener claro el término "feminismo administrado" que magistralmente expone Sharon Calderón. Se trata, lisa y llanamente, de un feminismo cuyo objetivo es perpetuarse en el poder para vivir de él, creando, si es necesario, problemas donde no los hay. Exactamente lo que está ocurriendo.

Lo verdaderamente triste y reprobable de todo esto, y a la vez repugnante, es que dicho feminismo progre y su puñetero postureo desaparece por arte de birlibirloque cuando los problemas reales golpean a la mujer pero ellos no pueden obtener réditos políticos.

Publicaba el diario "El Mundo" que el pasado 4 de agosto, en la localidad francesa de Cherburgo, una joven de 29 años era brutalmente asaltada en su propia casa, violada repetidamente y torturada de maneja salvaje empalada con una escoba por un tipejo, Oumar, con antecedentes. El diario digital aragonés "Hoy Aragón", incluía dicha noticia dentro de un artículo donde se preguntaba por lo que estaba sucediendo en Francia, cifrando en 85.000 personas víctimas de agresiones sexuales en dicho país. ¿Por qué no publican nombres y fotos de los agresores y así responden ellos mismos a su pregunta?

En definitiva, que cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo de interés por la verdad, sabe que la escalada y aumento de las violaciones en Francia, en determinadas zonas en España o en Suecia, entre otros sitios, está directamente relacionado con la llegada descontrolada de personas procedentes del tercer mundo que suponen un choque cultural bestial y la conversión de nuestras calles en un absoluto descontrol y caos de inseguridad.

Las que siguen sin enterarse son las feministas oficiales y ese mundo progre-liberal-globalista que ni está ni se le espera en la defensa de las miles de mujeres acosadas y violadas, víctimas de esa multiculturalidad metida con calzador. Vergonzoso su silencio cómplice ante todo este cúmulo de violaciones que supongo que para los de Amaral no son nada... o una gota de lluvia mojando su cara.

José Luis