28 de septiembre de 2025
Jornada de 35 horas
28 de septiembre de 2025
Jornada de 35 horas
A vueltas con la reducción de jornada a 37’5 horas, volvemos a ver como tenemos un gobierno conformado por vagos y sinvergüenzas que no han dado palo al agua en su vida, ni se han subido a un andamio, ni han cogido un volante, ni trabajado nunca en nada que cueste el más mínimo esfuerzo.
No seré yo quien proteste de una reducción razonable de la jornada semanal, que será para los demás porque ya la tengo por debajo en el convenio de empresa y la verdad, se nota.
Pero antes de proponer medidas como esa, hay que poner los pies en el suelo y ver cómo funcionan las cosas realmente. Y no porque sea más o menos realizable o deseable, sino porque no se puede proponer una jornada diaria de 7 horas y 30 minutos (que multiplicados por cinco días salen esas 37 horas y media), siendo que en los antes mencionados andamios y volantes se vienen haciendo 10 y 12 horas diarias sin que haya en el gobierno quien se preocupe lo más mínimo. No, claro, no obligados por la fuerza física, sino por esa libertad que nos da el sistema de pasar por el aro o morirte de hambre. Porque el que no se queda pasadas esas ocho horas no es tan bien visto como el que se queda, a veces ni siquiera por sus compañeros, quienes se embolsan un extra en negro por esas horillas de más. Y el que no se queda, quizás en la próxima obra ya no esté.
Claro que estas cosas no se ven si solo se ve trabajar al “funcionario” que tu has enchufado (no al funcionario currante, no al que saca el tajo, no al médico que dobla turnos porque no hay quien le sustituya o al guardia civil al que le toca vigilar un promedio de 146 km de carretera por que le faltan unos 15.000 compañeros), y que hace como si trabajara de 8 a 3 de asesor de algo indefinido secuestrando un salario y unos medios que necesitan los funcionarios de verdad.
Si sólo se ve eso no es de extrañar que hace unos años se propusiera trabajar cuatro días a la semana en lugar de cinco. Pero si algunos hoy en día trabajamos seis días a la semana... pero eso tampoco lo ven. Por no hablar de los autónomos, que también son currantes: ¿les rebajarán cuotas para que, trabajando menos, ganen lo mismo?
Y no es que todas estas cosas no sean posibles, que seguro que hay una manera de llevarlas a buen puerto, el problema es que no serán estos tiranos que nos gobiernan quienes puedan hacerlo. Porque para plantearse cualquier avance social o laboral, primero hay que tener un país unido y en orden, con una baja tasa de paro y con una economía fuerte y estable. Y durante los últimos cuarenta o cincuenta años se han empeñado los sucesivos gobiernos en desindustrializarnos (reconversión, le llamaron entonces), en traspasar competencias a separatistas, en hacernos cada vez más dependientes energéticamente del exterior y en tener un paro estructural elefantiasico constante. Y empeñados también últimamente en acabar con nuestra independencia alimentaria destruyendo nuestro campo y en expulsar de España a nuestra juventud bien preparada y acoger a la delincuencia que les sobra a otros países.
No, así no se puede hacer nada. No por estos gobiernos que nos han traído hasta esta situación. Concretamente no por este gobierno, el más antisocial y antiobrero de la historia de España.
No obstante, como hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día, reconoceré que hay algo que han hecho que me ha gustado: la llamada jubilación reversible, que, cumpliendo determinados requisitos, permitiría volver a trabajar a una persona ya jubilada. No creo que a nadie le apetezca volver a subirse a un andamio otras doce (o solamente cuatro) horas diarias, pero defenderé su libertad, su derecho a hacerlo si quiere. Aquellas profesiones en las que vale más la experiencia que la capacidad física podrían valerse de aquellos profesionales que quisieran trasmitir su experiencia a los más jóvenes. Aquellas personas que no lograron cotizar lo suficiente para tener una pensión digna podrían complementar esa prestación. Aquellos, que los hay, que una vez jubilados se les cae la casa encima tendrían una vía de escape. Aquellos artesanos de profesiones perdidas podrían recuperarlas durante unas horas a la semana y, quién sabe, quizás trasmitir ese patrimonio intangible.
Lo que desde luego no puede gustar nada es el camino que nos ha traído hasta aquí: el retraso en la edad de jubilación y el empeoramiento de la jubilación anticipada y de la jubilación parcial, que la han dejado en una sombra de lo que fue. O el por qué: ¿no venían de fuera quienes nos iban a pagar las pensiones? ¿será que realmente no nos venían a pagar las pensiones y nos las tenemos que pagar nosotros mismos al mismo tiempo que las estamos cobrando? ¿tendremos que trabajar más años para los gastos del que llega de fuera, y que cobra de aquí sin haber cotizado en su vida? ¿o para pagar las prostis de los amigotes del Presi?
Bordes.
Lucio