25 de mayo de 2025
Que viene la "ultraderecha"
25 de mayo de 2025
Que viene la "ultraderecha"
En uno de tantos artículos con los que gustan de aburrirnos los medios del sistema, tergiversando todo lo que cae en sus redacciones con el objetivo de manipular y, ya de paso, enfangar y difamar todo lo que pueden, "El Periódico de Aragón" se preguntaba recientemente por qué una parte de la juventud, abrazaba a la llamada "ultraderecha" algo que, a día de hoy, es una auténtica realidad.
Para nosotros, que observamos los acontecimientos desde el otro lado de la trinchera de dichos medios, el interrogante que plantea el periódico, no tiene una única respuesta, ya que el progresivo y creciente apoyo o acercamiento de la juventud hacia este determinado sector ideológico responde a varios aspectos a tener en cuenta. Vamos a exponer de manera breve y concisa algunos de ellos que explican por qué cada vez más jóvenes se identifican con esa "ultraderecha".
1° Porque al pasar varios años sufriendo la manipulación en la enseñanza, sobre todo en asuntos como el feminismo radical, el cambio climático o las leyes lgtb, este adoctrinamiento ha terminado por abrumar y agobiar a un porcentaje de alumnos cada vez más hartos de todo ese lenguaje e imposición de un pensamiento único, que habla mucho de diversidad, pero que no admite ninguna simple crítica o versión alternativa a la suya.
2° Porque la juventud, sobre todo la que vive en barrios obreros, es la primera que conoce y sufre, a nivel personal y en la calle, la clase de multiculturalidad que traen de la mano las diferentes avalanchas de inmigración cada vez más violentas y sin ninguna intención de integrarse. Uno puede sentirse muy tolerante, de izquierdas y solidario con la inmigración, pero cuando te atracan, agreden o amenazan varias veces los mismos, a tí o a tu entorno más cercano, comienzas a ver las cosas desde otra perspectiva, máxime si a la vez percibes como los medios oficiales ocultan dichos delitos, brindando una mayor importancia al supuesto peligro del avance ultra que al aumento de los delitos graves en sí. Y es que, de un tiempo a esta parte, cada vez somos más los europeos a los que no acaba de "hacernos gracia" que un tipo, del que nadie sabe nada, se dedique a apuñalarnos para que se le haga más liviana su estancia.
3° Porque al pertenecer a generaciones que se mueven en las redes sociales como pez en el agua, no se hallan a merced de los canales de televisión y resto de medios tradicionales que defienden a pies juntillas el sistema que les da de comer. Unos medios que solo dan cobertura a políticos y tertulianos de su misma cuerda con el fin de imponernos un relato bipartidista, muy del gusto del régimen.
Por el contrario, es mucho más fácil y asequible encontrar en las redes, personas que ofrecen una visión alternativa y sobre todo, una explicación que suena más verídica de todo lo que está ocurriendo. Para que nos entendamos, es algo similar a las informaciones que tenemos sobre el atentado del 11 M: nadie sabe a ciencia cierta quienes fueron los verdaderos autores e instigadores, pero sí sabemos, salvo quien no lo quiere ver, que la versión oficial es una completa farsa. Por esa razón, los políticos del sistema aplican una mayor censura a los medios alternativos, tratando de imponer incluso hasta quién tiene que ser considerado periodista y quien no.
4° Porque por mucho que escuchen a sus mayores la cantinela de que viven en una democracia, cada vez es más palpable la pérdida de libertades. Un simple hecho: a quienes por edad, vivimos la transición y hemos crecido con el régimen del 78, se nos contaba que durante la dictadura no se podía criticar ni a Franco ni a la iglesia católica. ¿Qué ha cambiado cincuenta años después? Pues que son precisamente el franquismo y la iglesia los únicos a los que se puede criticar, ofender o vejar. Cualquier otra cosa que critiques, por nimia que sea dicha crítica, puede suponerte ser etiquetado y censurado en base a supuestas ofensas a las que tildan, de manera sectaria, como delitos de odio.
5° Porque son más conscientes de vivir en algo que, si aún no lo es, se parece mucho a un estado fallido. Los partidos políticos son un desastre carísimo; las autonomías, un estrépito fracaso; la corona, un mero ornamento; la justicia, un completo cachondeo al servicio de quien delinque; los ministros, una panda de incompetentes. La tragedia de Valencia nos hizo cambiar a muchos de opinión sobre nuestra juventud. No fueron precisamente pocos los jóvenes que fueron a ayudar desde el primer momento a las poblaciones afectadas en octubre por la catástrofe de la gota fría, ajenos a los partidos, mientras observaban el total y completo abandono de las instituciones.
6° Porque muchos de ellos y sus familias están sufriendo una situación en la que, a pasos agigantados, pagamos más y mayores impuestos, mientras el poder adquisitivo se va reduciendo paulatinamente y nos vamos empobreciendo más. Paso a paso, mes a mes, cuesta más llenar la cesta de la compra, mientras la clase dominante sigue viviendo opíparamente y zambullida en casos notorios de corrupción. Súmale la imposibilidad de un trabajo estable, unos salarios muchas veces indignos, todas las trabas del mundo al emprendimiento y las gravísimas dificultades para tener vivienda propia o en régimen de alquiler y tenemos el cóctel perfecto para un no muy lejano estallido social. Eso mientras al hermano del Presidente lo enchufan por la cara, se sigue acogiendo sin límite a cualquiera, o la Presidenta de Red Eléctrica se lleva unos 400.000€ sin saber aún cuál fue la causa real de que toda península se quedase a oscuras durante muchas horas.
Está claro que la juventud española, harta de tanta manipulación y adoctrinamiento, busca respuestas y soluciones no solo a los problemas reales que padecen en el presente, sino ante lo que les deparará un futuro que tienen más cerca y que se antoja más peligroso e inquietante si cabe. Si esas respuestas las buscan en lo que se tilda de "ultraderecha" es porque no las encuentran en un sistema que camina hacia el naufragio. Si algo cambia en España de manera sustancial, vendrá de la mano de la juventud, así que no perdamos la esperanza.
José Luis Morales